México ¿Cómo vamos?
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¿Qué tan tuyo es el sistema pensionario actual (Administradora de Fondos para el Retiro, AFORE)?

Por : Jorge López (@ActJorgeLopez)

 
05 de Mayo del 2020

Publicado en Animal Político.

Nostalgia anticipada

Todos hemos escuchado la expresión “Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, y en más de alguna ocasión lo hemos vivido en carne propia, en la niñez con un juguete o moneda, con alguna relación de amistad o familiar de edad avanzada, donde añoramos el tiempo que no pasamos con él o ella. No nos vaya a pasar con algo en lo que hoy pocos mexicanos se interesan o valoran, su cuenta individual pensionaria en la AFORE (Administradora de Fondos del Retiro).

El sistema mexicano de pensiones actual es el resultado de más de 4 décadas de experiencia y el insuficiente esfuerzo conjunto por plantar un frente a la compleja dinámica demográfica y económica que atraviesa México y el mundo. La disminución en la tasa de mortalidad infantil, sumada al importante aumento en avances médicos y salud trajo como consecuencia un envejecimiento acelerado de la población.

Callejón de los recuerdos

En 1994 el Banco Mundial advirtió de las consecuencias económicas que tendrían que enfrentarse de no modificar el sistema de pensiones dadas las condiciones demográficas y los avances científicos. Los países que habían llegado a altas proporciones de adultos mayores eran todos de economías avanzadas; China, México y Brasil, entre otros países en vías de desarrollo, serían los primeros en llegar a viejos (en proporción poblacional) sin un desarrollo económico de primer mundo. Este documento alertaba los costos futuros al gobierno, sabiendo que en su gran mayoría no contaban con los ahorros para hacer frente a ello, como era el caso de México.

El Banco Mundial propuso tres mecanismos o pilares como solución a esta inminente crisis: el público, el privado y ahorro voluntario. El primero, de carácter obligatorio y administrado por el gobierno, se complementa con el segundo, también obligatorio, basado en cuentas personales, y el tercero, también de contribución definida y de carácter voluntario en las mismas cuentas personales. En conjunto, la suma de los tres ofrece una mayor seguridad económica a los ancianos.

En México se reformó la Ley del IMSS en 1997, ya que los ahorros del gobierno para cumplir con este fin eran insuficientes; de ahí cambiamos, de un sistema de beneficio definido: en el que las generaciones jóvenes trabajando pagan las pensiones de las generaciones de 65+ años jubilados, a uno de contribución definida: cuentas individuales en los que cada trabajador guardara el ahorro para su propia pensión. El ISSSTE tampoco contaba en 2007 con el ahorro para pagar las pensiones de los empleados del gobierno a futuro, y el mismo fenómeno de no contar con el dinero para el pago de pensiones salió a la luz en el sistema de pensiones de los empleados del IMSS (doctores, enfermeras y administrativos), PEMEX y CFE. En conclusión, el estado mexicano no ha reservado históricamente lo necesario para hacer frente a sus pagos pensionarios. ¿Hay algo que nos haga pensar que, de haber una reforma, ahora si lo haría? Incluso viene a la memoria la participación del gobierno en el sistema AFORE con Bansefi; en ese caso demostramos que no competimos a la misma altura que los inversionistas privados e independientes de las AFORE en ese momento.

La creación de Administradoras de Fondo para el Retiro (AFORE) supuso una modificación radical con la que se logró, entre otras cosas, poner un freno al hábito de gastar en el corto plazo dinero que se tiene que pagar en el largo plazo y garantizar al menos que el dinero se guardará durante toda la vida laboral. Logro suficiente para celebrarlo 23 años después.

Ahora, las AFORE hoy no son el único elemento para recibir un ingreso en la vejez. El programa de Bienestar del adulto mayor, recientemente aprobado como pensión, es un sistema de pensión con un ingreso mínimo para el adulto mayor. Este es un gran avance en el reconocimiento del derecho humano a esa edad, pero su diseño careció de lo más importante. ¿Cómo se va a financiar?

Lentes optimistas

Si bien el sistema de pensiones no es perfecto, tiene enormes ventajas:

  • Como ya se dijo el dinero ahí está, a la vista y protegido.
  • Ha integrado 65 millones de cuentas individuales, tiene más cuentas que cualquier sistema financiero en México.
  • Sofisticado y prudente régimen de inversión: diversificado, supervisado y con competencia. Mismo que por naturaleza baja comisiones y eleva rendimientos. (Hoy más del 42% del dinero en las AFORE es gracias a los intereses generados en 23 años, con las plusvalías (que nadie pela) y las minusvalías (que tanto se critica sin sentido).
  • Hoy es el segundo patrimonio más importante de la familia promedio mexicana. (Después de la vivienda en caso de que exista)
  • Reserva financiera para desempleo; al perder el empleo un trabajador puede acceder a parte de este fondo como emergencia.
  • Especialistas de inversiones privados, competentes y probados. Los reto a que encuentren un producto financiero donde puedas invertir menos de $1,000 pesos con estos rendimientos a 23 años.
  • Comisión de Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), ha sido un regulador especializado que ha dado resultados en varios frentes. Multando malas prácticas, profesionalizando regímenes de inversión, cuidando prácticas de competencia desleal, eliminando conflictos de interés, facilitando ahorro voluntario.
  • Desarrollo de redes comerciales con capacidad de captación de ahorro voluntario, más de 16 mil puntos de venta, herramientas electrónicas y aplicativos en teléfonos móviles (México fue el primero en el mundo en atar el consumo con el ahorro pensionario, reconocido en 2018 por el World Pension Summit, tanto Afore Móvil como Millas para el Retiro).
  • Más de 16% del Producto Interno Bruto en activos ha dado capacidad para que gobiernos y empresas tengan donde pedir un préstamo o tener socios a través del mercado bursátil.
  • Gracias a este sistema se han financiado: carreteras, vivienda, energía, infraestructura, educación, banca, comercio, innovación, tecnología, comercio y un largo etcétera.
  • Ahorro de largo plazo, que sirve como amortiguador en crisis económicas (recordemos la crisis 2008). Este dinero permite que gobiernos y empresas tengan con que resistir épocas de bajos ingresos.

Manos a la obra

Lo mejor será incorporar experiencias pasadas nacionales e internacionales para complementar lo que ya tenemos, reconociendo las áreas de oportunidad que están pendientes; además sabemos que esto no puede esperar más.

Ideas de mejora:

  • Exigir un método de financiamiento para cualquier programa de pensiones de gobierno que se implemente, incluido el ya aprobado por este gobierno. Es una obligación moral con los mexicanos en el futuro.
  • Incrementar el porcentaje de ahorro obligatorio por el salario, del 6.5% al 14% al menos, de forma gradual y protegiendo a los empresarios y trabajadores.
  • Incorporar cuotas de ahorro obligatorio a trabajadores independientes, con una garantía al retiro. Reconocer que el mundo laboral ha cambiado, la gran mayoría de los mexicanos no tiene un patrón formal.
  • Aprovechar el andamiaje ya construido, ahorro voluntario por consumo, por economía del comportamiento en impuestos, ahorro de energía, salud, transporte, etcétera. Ya está todo conectado.
  • Flexibilizar los requisitos de garantía. Hoy se requieren 1,250 semanas para lograr la pensión mínima garantizada que solo lo logran 45% de los 65 millones de participantes, si se reduce a 750 sería más del 78% los que la conseguirían.
  • Reconocer las diferencias demográficas por género, las mujeres por naturaleza cotizan menos tiempo que los hombres.

Después de todas las pandemias en el mundo, la tragedia de pobreza en vejez ha permanecido, esta vez no será la excepción.

Se deben proponer cambios que construyan, no que destruyan. Que incorporen nuestras propias limitaciones históricas, y experiencias positivas en el mundo. El simpatizar con la misión de eliminar pobreza en vejez debe empezar por la de uno mismo. Entender que hoy ya se tiene mucho, exigir una mejora y no tener que añorar lo que pudo ser.

 

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