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El Índice de Mejores Trabajos: un llamado a la acción

México se encuentra en el lugar 13 de 17 países, respecto al desempeño de los mercados laborales. Ocho países nos superan aún siendo más pobres.

 
19 de Diciembre del 2017

La División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo lanzó recientemente el Índice de Mejores Trabajos, un esfuerzo por comparar los mercados laborales de América Latina. Desafortunadamente no le fue bien a México en el Índice, ocupando el lugar 13 de 17 países. En esta entrada, explicaremos cómo se construye el índice y las razones por las cuales el desempeño de México fue decepcionante, además de ofrecer algunas reflexiones sobre políticas públicas que podrían contribuir a que el mercado laboral mejorara.

El Índice de Mejores Trabajos mide cómo son los empleos de los países a través de dos dimensiones: cantidad y calidad. La dimensión de cantidad está compuesta a su vez por dos indicadores: la tasa de participación laboral y la de ocupación. La de calidad, por su parte, se construye con las tasas de formalidad y de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza. Para fines prácticos, la formalidad del trabajo se define como acceso a seguridad social a través del empleo y un salario suficiente se define como al menos USD $1.95 por hora. Así, el índice es el promedio ponderado de estos cuatro indicadores[1]y sus puntuaciones van de 0 a 100. Para que un país obtenga 100 puntos, todas las personas que participan en la fuerza laboral deben estar empleadas con un trabajo formal que les aporte un salario suficiente para superar la pobreza.

No debe ser sorprendente que, en términos generales, los países con mayores niveles de PIB per cápita obtienen mayores puntuaciones en el Índice. Los cuatro países con mejor desempeño en el Índice, Uruguay, Chile, Panamá, y Argentina, también son los cuatro países de la región con mayor PIB per cápita. La siguiente gráfica muestra la relación positiva entre la puntuación del índice y el PIB per cápita del país, con un coeficiente de correlación de 0.78.

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Para México, los resultados de la gráfica deben ser un llamado a la acción. Los cuatro países que cuentan con mayor PIB per cápita que México tienen puntuaciones sustancialmente mayores en el índice. Además, hay ocho países que superan el desempeño de México en el índice a pesar de ser más pobres. Los cuatro países con peor desempeño en el índice (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua) tienen niveles de PIB per cápita menos de la mitad que el nivel de México. El pobre resultado para México en el índice dado su nivel relativamente alto de PIB per cápita realmente es sobresaliente.

Este débil desempeño de México en el ranking se debe principalmente a tres factores. El primero es que México tiene un nivel de informalidad muy alto. El segundo factor es que los salarios en México son más bajos que en países con niveles similares de PIB per cápita. El tercero es el alto porcentaje de mexicanos que no trabajan. Respecto a este punto, es pertinente mencionar que la tasa de participación laboral de hombres en México es relativamente alta, pero la tasa de participación de mujeres es extremadamente baja. Solo tres países de la región (Guatemala, Costa Rica, y Ecuador) tienen mayores diferencias de puntuación entre hombres y mujeres en el Índice, aunque todos los países enfrentan brechas de género de menor o mayor medida. Atender a estos tres factores mejoraría el comportamiento de México en el índice.

Consideramos que una agenda ambiciosa podría transformar el mercado laboral a atender a los tres factores que explican el pobre desempeño de México en el Índice de Mejores Trabajos. Si la legislación secundaria que acompañará la reforma constitucional en materia de justicia laboral promueve la transparencia sindical y la certidumbre jurídica en los juicios laborales, será un gran impulso a la productividad, salarios y la formalidad laboral. Y una reforma que desvinculara la seguridad social del mercado laboral, reduciendo las cuotas de seguridad social y homogeneizando los servicios para trabajadores formales e informales, también podría tener un impacto grande en la formalización del trabajo. Y desde luego, mejorar la calidad y pertinencia de la formación para el trabajo, desde la cuna hasta la jubilación, mejoraría las oportunidades para todos los mexicanos.

El país también podría considerar la incorporación gradual de trabajadores domésticos y trabajadores independientes al régimen obligatorio de la seguridad social, así como seguir reforzando los mecanismos de fiscalización, para aumentar el porcentaje de trabajadores que cotiza a la seguridad social. Y una política para reducir los sesgos de género, desde las edades más tempranas y a lo largo de la vida, podría lograr que las mujeres estudiaran las carreras de alta demanda en el mercado laboral (ciencia, tecnología, ingeniería, y matemáticas), con una distribución más justa de las tareas domésticas. Este piloto exitoso de orientación vocacional muestra que los sesgos pueden reducirse.

En resumen, a pesar de ser un país con un PIB per cápita relativamente alto en la región de América Latina, el desempeño del mercado laboral mexicano es de los peores. Ha habido avances recientes importantes (por ejemplo, la formalización reciente del empleo), pero aún es necesario buscar un conjunto integral y ambicioso de políticas para mejorar el funcionamiento del mercado laboral y, por lo tanto, el bienestar de los mexicanos.

 

David S. Kaplan es Especialista Sénior en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamosVerónica Alaimo es Especialista Sénior en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Mikel A. Alcázar es el coordinador de la estrategia de comunicación de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Fuentes:

[1]  Los indicadores se calculan usando la población de 15 a 64 años, excluyendo a aquellos que están estudiando y que, por ello, no se encuentran trabajando ni buscando empleo. Si quiere saber más, consulte la metodología.

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