El PIB nominal, es decir, el que contempla los precios del periodo en cuestión, creció a 4.9% al cierre de 2015, menos de la mitad de lo que lo hizo la deuda, por lo que el #SemáforoEconómico está en rojo en este rubro.
Al cierre de 2015, la deuda pública fue 17.5% mayor que al cierre de 2014, con lo que alcanzó su nivel más alto como porcentaje del PIB desde 1990, cuando fue de 43.2%.
De acuerdo con las cifras de México, ¿Cómo Vamos?, en diciembre 2015, la deuda era de 8,160,590 millones de pesos y al cierre de 2014 era 6,947,446 millones de pesos, lo que representa un incremento anual de 17.5%.
Mantener una razón estable de deuda en función del PIB es deseable para mantener las finanzas públicas sanas.En este sentido, la meta de México, ¿Cómo Vamos? es que la deuda crezca al mismo ritmo que el PIB nominal.
El PIB nominal, es decir, el que contempla los precios del periodo en cuestión, creció a 4.9% al cierre de 2015, menos de la mitad de lo que lo hizo la deuda. Por lo que el #SemáforoEconómico está en rojo en este rubro.
Hay países con una razón de deuda sustancialmente mayor, como Japón cuya deuda representa 234% de su PIB. En este sentido, podríamos pensar que 43.2% no es demasiado. Sin embargo, no es esta razón lo único relevante. El ritmo de crecimiento de la deuda ha sido importante y aunque los ingresos del gobierno estén aumentando, el gasto también lo está haciendo.
La deuda pública que México ¿Cómo Vamos? utiliza para sus cálculos incluye los pasivos del gobierno federal, de las entidades públicas de control presupuestario directo (IMSS e ISSSTE) y de la banca de desarrollo. En 2010, representaba 30.1% del PIB y para 2015, 43.2%: un aumento de más de 10 puntos porcentuales. Cabe mencionar que esta deuda no incluye la deuda de los estados.
Existen tres puntos claves para entender la coyuntura de la deuda pública y su presión sobre las finanzas públicas:
Primero, de 2010 a 2015 la deuda pública ha crecido 12.9% promedio anual. La deuda externa en pesos es la que más ha contribuido a este crecimiento; la deuda externa son los créditos contratados por el sector público con entidades financieras del exterior y pagaderos en el extranjero en moneda diferente a la moneda nacional.
En este periodo, la deuda externa creció 15.6% promedio anual, como consecuencia tanto de un aumento en la contratación de obligaciones en el exterior como por el aumento de su valor a raíz de la depreciación del peso. La deuda externa representa, hoy en día, 36% de la deuda total.
Segundo, en ese mismo periodo los ingresos del sector público crecieron 7.6%. En la trayectoria de los ingresos actúan dos fuerzas contrarias: por una parte, los ingresos petroleros han venido disminuyendo —en el último año cayeron 31.1%— y, por otro lado, los ingresos no petroleros han aumentado —en 2015 crecieron 23.9%—. Los ingresos petroleros representan 19.7% del total y los no petroleros 80.3%.
La principal fuente de aumento de los ingresos no petroleros fue el aumento en la recaudación del ISR y el IEPS. Las finanzas públicas se han despetrolizado dado el bajo precio del petróleo y el incremento en la recaudación vía impuestos directos e impuestos indirectos al consumo de ciertos bienes.
Tercero, este aumento de los ingresos y del endeudamiento financió una expansión del gasto público. En el mismo periodo, de 2010 a 2015, el gasto creció 46.7%. Al calcular el balance primario se observa que, desde 2009, gastamos más de los que ingresemos aún antes de pagar el servicio de la deuda.
Ante este contexto, México, ¿Cómo Vamos? recalca la importancia de contar con finanzas públicas sanas para mantener la estabilidad macroeconómica del país. Para ello se debe de fortalecer la recaudación de ingresos recurrentes y ajustar el gasto público, de tal forma que se logre revertir el déficit primario hasta alcanzar un superávit primario, que permita hacerle frente a los gastos del gobierno sin necesidad de seguirse endeudando.
Es importante hacer ajustes al gasto corriente, sin comprometer el gasto en inversión productiva, que no está contribuyendo al crecimiento de la economía. El aumento en los ingresos del sector público debe permitir finanzas públicas sanas, sin necesidad de continuar una trayectoria de endeudamiento.
En esta misma línea, se debe de evaluar la posibilidad de disminuir las transferencias a municipios y estados para impulsarlos a buscar fuentes adicionales de ingresos. Adicionalmente, en aras de fomentar la transparencia en el uso de los recursos públicos, los estados y municipios deberían de rendir cuentas claras del uso que se le da a los recursos que reciben de la federación y el uso que le dan a los recursos obtenidos por la deuda estatal en la que están incurriendo.
La estimación del presupuesto anual debe reflejar la realidad petrolera del país, considerando los precios del mercado y las expectativas internacionales del precio de este insumo. Si bien siempre se pueden adquirir coberturas, no debemos olvidar que éstas funcionan como un seguro y su precio estará en función de la volatilidad del precio del bien de que se trate.
La deuda puede ser positiva sí logra estimular la demanda agregada y el crecimiento económico. Si un aumento en el endeudamiento se da a la par de una eficiente selección y ejecución de proyectos que aumenten la capacidad productiva del país se observará, en el mediano plazo, una disminución en la deuda como porcentaje del PIB, debido al crecimiento de éste. De la misma forma, se ha argumentado que la deuda debe de usarse para proyectos con una tasa de retorno social mayor a la tasa de interés de mercado.
México, ¿Cómo Vamos? asegura que no se debe de perder de vista que para crecer a tasas de 5% es necesario controlar el crecimiento de la deuda pública y el uso que se le da a los recursos así obtenidos. La sostenibilidad de las finanzas públicas debe ser un objetivo ineludible del país si queremos mantener la estabilidad macroeconómica que tantos años costó alcanzar.
Publicado por Animal Político