Por: Ana Gutiérrez (@AnaBee92), Valeria Mendiola (@ValeMendiola) y Valeria Moy (@ValeriaMoy)
Publicado en Animal Político.
A pesar de atraer inversiones de empresas automotrices como Volkswagen, Nissan y Audi, Puebla está lejos de ser líder en inversión extranjera directa en el país.
Por: Ana Gutiérrez (@AnaBee92), Valeria Mendiola (@ValeMendiola) y Valeria Moy (@ValeriaMoy)
“Seguiremos construyendo una economía altamente productiva y mucho más competitiva, es una de las tareas estratégicas de mayor importancia para este gobierno”.
Antonio Gali, discurso de toma de protesta, 1° de febrero de 2018
Hace poco más de 1 año, Antonio Gali asumió el poder de Puebla para una “mini gubernatura”; Gali fue elegido para un periodo de gestión de tan solo dos años. A pesar de la restricción temporal para gobernar, las promesas en campaña abundaron. Durante el discurso de toma de protesta se prometió generar bienestar social e igualdad de oportunidades. Se aseguró a los poblanos prosperidad, empleo y una economía altamente productiva y competitiva. A un año de la toma de protesta, queda un largo camino por recorrer.
Para muchos mexicanos que no residen en Puebla, pensar en ese estado puede traer a la mente una entidad industrializada, líder en inversión extranjera y producción automotriz. Pero no todo es lo que parece. A pesar de atraer inversiones de empresas automotrices como Volkswagen, Nissan y Audi, está lejos de ser líder en inversión extranjera directa (IED) en el país. En los últimos diez años, por ejemplo, captó flujos por 7 mil 344 millones de dólares por concepto de IED, equivalente a apenas 2.5% de la captación nacional. En 2017, entraron al estado apenas 193 millones de dólares de IED, mismos que representaron 0.6% de la IED nacional; fue el 6° estado con la menor atracción de IED en el año.
Por otra parte, aunque más de 1/5 parte de la economía poblana está enfocada a las manufacturas, solo 2.8% de las exportaciones manufactureras nacionales corresponden a Puebla. Éstas, además, han tenido una tendencia a la baja como proporción de las exportaciones manufactureras totales.
Adicionalmente, ha perdido terreno como protagonista de la producción automotriz en Norteamérica. De acuerdo con ProMéxico, la planta de Volkswagen localizada en Puebla ocupaba el primer lugar en producción entre las armadoras de coches de la región en 2011. La planta mantuvo ese puesto hasta el año 2014, cuando cayó al 4° lugar y fue rebasada por plantas de Nissan en Georgia (Estados Unidos) y Aguascalientes, así como FIAT en Ohio (Estados Unidos). Para 2015, ninguna planta establecida en Puebla estaba entre las 5 armadoras más importantes de Norteamérica.
Las últimas administraciones no han sido lo suficientemente exitosas en revitalizar la economía de Puebla. Aunque evaluar el desempeño económico de un estado en el lapso de tan solo un año es complicado por sí mismo, se pueden utilizar las cifras para analizar tendencias en el caso de la mini gubernatura de Antonio Gali.
En el último año, la economía de Puebla creció a un ritmo de 6.9% anual. Aunque fue el 2° estado con el mayor crecimiento económico en 2017, se requerirá analizar el dinamismo económico durante periodos futuros para asegurar que se trata de un crecimiento sostenido consecuencia de las políticas económicas implementadas.
En cuanto al mercado laboral, México, ¿cómo vamos? estima que deberían de generarse 60 mil 500 empleos formales cada año para darle cabida en el sector formal a la población que se incorpora al mercado laboral. Durante 2017, se generaron apenas 49% de ellos. Al mismo tiempo, Puebla es el 6° estado con la mayor tasa de informalidad laboral en el país, cifra muy por encima de la nacional. Mientras a nivel nacional la proporción de trabajadores sin prestaciones de seguridad social es 52.2%, en Puebla la tasa es 14.4 puntos porcentuales superior. Aunque hubo una reducción de 0.9 puntos en el último año, la enorme diferencia con la tasa nacional hace insuficiente esta caída.
Llama también la atención que, a pesar del dinamismo económico en el último año, la productividad laboral de Puebla disminuyó entre 2016 y 2017, y el estado se mantiene como la 6a entidad menos productiva del país. A nivel nacional se producen $162 pesos por cada hora trabajada, mientras en Puebla la productividad por cada hora es $58 pesos inferior, de $104 pesos.
Aunque la proporción de la población que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar disminuyó en 3.1 puntos porcentuales entre finales de 2016 y principios de 2018, Puebla es el 9° estado con la mayor pobreza laboral del país. 47.2% de los poblanos viven en esta condición, por lo que continúa siendo uno de los principales retos del estado.
La concepción que en ocasiones se tiene sobre Puebla de ser un estado fuertemente industrializado y con altos flujos de inversión no necesariamente es una idea equivocada, sino incompleta. La posición que solía tener Puebla hace varios años como líder en el sector automotriz se ha deteriorado, y hoy está mal posicionado en muchos indicadores económicos a comparación de otros estados que se también han integrado a las cadenas productivas del sector automotriz. La próxima administración deberá tener un plan tangible para cumplir las promesas hechas en campaña, pero también para atraer inversión y recuperar un papel de entidad industrializada y moderna, de manera que se traduzca en empleos y mejoras en el desarrollo de toda la población.