Fausto Hernández Trillo
Publicado en Animal Político.
Uno de los índices que más me han gustado es el “Índice Despierta 2050” que publica la Fundación Wake Up. Este trata de medir qué países tienen visión de corto plazo y cuáles de largo plazo. Bajo esta perspectiva, el indicador arroja qué políticos y sus respetivos gobiernos planean en un horizonte de largo plazo, y cuáles solamente planean solamente considerando la siguiente elección.
En otras palabras, el índice nos sugiere qué naciones estarán mejor preparadas para lidiar con las fuerzas que golpearán a la mayor parte de los países durante las siguientes tres décadas, y qué pueden hacer aquellos que no lo han hecho, para así poder emularlos.
El índice, desarrollado por esta fundación, va más allá de las estadísticas de variables que han ocurrido en el pasado o en el presente y se concentra en intentar detectar posibles mediciones de las cargas futuras que tendrán los países, así como la productividad de sus factores, especialmente de sus habitantes. Esto es, se trata de evitar indicadores que proveen una fotografía instantánea del pasado reciente, y se concentra en aquéllos que pueden proveer una trayectoria futura exitosa.
Por ejemplo, el índice considera que los niveles de obesidad son indicativos de una carga al presupuesto público futuro en materia de salud; asimismo, que la participación laboral de adultos mayores a 65 años es una sugerencia de modificación de impuestos futuros y carga en costos de financiamiento de pensiones, pero afectando el presupuesto en salud también. ¿Qué está haciendo el país en este sentido?
De esta manera se consideran 25 medidas para clasificar a 35 países de la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), dentro de la cual se encuentra México, y así construir el índice. Las variables se clasifican en 5 áreas que tratan de capturar qué tan preparado está el país para enfrentarlas: 1) demografía; 2) innovación tecnológica; 3) sociedad del conocimiento; 4) globalización; 5) resiliencia para enfrentar choques exógenos inesperados.
Los resultados son interesantes y se presentan en la siguiente gráfica. Primero, los países mejor preparados incluyen a Suiza y los países nórdicos. En efecto, la fama de Suiza de un país próspero, bien educado, innovador y resiliente está bien representada por el índice. Cuenta con uno de los salarios más altos en el mundo y aún así ha enfrentado muy bien la competencia china en este sentido; su producción manufacturera continúa siendo muy elevada al representar el 19 % del PIB, se insiste, a pesar del tornado chino.
No se puede decir lo mismo de México, que es el penúltimo lugar, solo arriba de Turquía y muy similar a Grecia. Su sociedad de conocimiento continúa siendo muy limitada y la innovación tecnológica permanece en niveles muy bajos. En innovación México es el penúltimo lugar, solo ligeramente por arriba de Chile. Corea del Sur se ubica en el segundo lugar en cuanto a innovación se refiere.
Por su parte, las calificaciones de la población en edad escolar (primaria y secundaria) se encuentran en niveles poco competitivos con respecto al resto de los países de la OCDE. Por esto, en el renglón de sociedad del conocimiento, México es el último lugar.
Más aún, México no ha logrado combatir obesidad y su sistema de pensiones representa una carga alta para el futuro. De acuerdo al índice, Japón destaca en este renglón, ya que 12 % de la población mayor a los 65 años se encuentra trabajando, comparado con el 2.9 % de Francia. Es decir, ese país ha reducido la carga mediante una mayor participación laboral de los adultos mayores. No obstante, es este renglón (aspectos demográficos) en el que México sale mejor librado.
En suma, de acuerdo a este índice México elabora política pública solo considerando el próximo ciclo electoral y carece de una visión de largo plazo. El reto, pues, es diseñar política pública de largo aliento. Las nuevas autoridades ojalá lo tomen en cuenta.
* Fausto Hernández es profesor investigador de la División de Economía del CIDE y miembro del panel de expertos de @MexicoComoVamos.