Por: José Luis de la Cruz Gallegos
En el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.
Hacienda o Banco de México, ¿quién tiene la razón?
El crecimiento prometido con la aprobación de las reformas estructurales no verá la luz durante la presente administración. Para el Banco de México será hasta el 2018 cuando comiencen a observarse sus primeros efectos, y aun así solo espera un incremento de entre 2.2 y 3.2 % en el PIB.
Nada extraordinario para una economía atrapada por el “estancamiento estabilizador” al que le han conducido las recurrentes estrategias de ajuste estructural aplicadas durante las últimas tres décadas. El pronóstico de Banxico es optimista porque estima el inicio de una recuperación, pero aun así se encuentra lejos del 5 % presentado en el Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2013 – 2018.
Para el 2017 la prospectiva de Banxico es poco alentadora, prevé un magro avance de entre 1.5 y 2.5 %. Lo delicado de dicho escenario es que no es consistente con el que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público elaboró para el presupuesto recién aprobado.
La autoridad encargada de la política fiscal realizó sus cálculos pensando que México crecería 2.5 %. Para el Banco de México eso solo ocurrirá en el mejor de los casos.
Lo inquietante de esta divergencia es que ocurre antes de que finalice el 2016; todavía no comienza el año y para el Banco Central la evolución de la economía ya se encuentra fuera de la ruta planeada.
El primer ejemplo de ello es el tipo de cambio. La aprobación de la Ley de Ingresos y el presupuesto de egresos se realizó con una cotización de 18.6 pesos por dólar. Hoy la moneda roza los 21 por cada divisa norteamericana.
Asociado con ello se tiene a las tasas de interés. El denominado como Marco Macroeconómico presentado en los Criterios Generales de Política Económica contemplaba un rédito promedio de 4.9 % para todo el 2017, así como una tasa de 5.3 % al final del mismo. Justamente el valor que alcanzó hace unos días con el aumento aplicado por Banxico.
Durante el último año la tasa de interés pasó de 3.25 a 5.25 %: es altamente probable que los incrementos persistan porque todavía falta ver la presión que ejercerá la Reserva Federal, las decisiones de Donald Trump y el Brexit sobre la economía mexicana durante los siguientes cuatro meses.
Seguramente observaremos que la autoridad monetaria elevará las mismas para tratar de evitar una mayor depreciación del peso: la presión de los capitales especulativos y los intermediarios financieros será un factor que incidirá en ello.
La pérdida de valor del peso y el incremento en el precio de las gasolinas y la electricidad ya provocaron que la inflación se incremente tanto en la parte del productor como en lo correspondiente al consumidor. Para la primera quincena del año esta última se ubicó en 3.3%, por arriba de los estimado para el final del 2016.
El desequilibrio en el sistema de precios es un reflejo de lo que ocurre en la economía. La parte productiva se ha desacelerado, la industria no ha crecido durante los primeros nueve meses del año y solo el consumo ayuda PIB. El problema es que el incremento a las tasas de interés encarecerá el crédito tanto para las empresas como para los hogares.
Dado que el gobierno presentó un presupuesto que contiene una reducción en la inversión pública es poco probable que la economía crezcan el 2.5% estimado en el presupuesto.
El Banco de México lo sabe, y por eso ajustó a la baja su pronóstico para el 2017. Si México no logra estabilizar su relación económica con Estados Unidos al mismo tiempo que aplica un nuevo modelo de desarrollo económico que impulse al mercado interno, lo que veremos es que la actividad productiva seguirá atrapada por el círculo vicioso del “estancamiento estabilizador”, algo poco favorable para una sociedad que durante 30 años ha sufrido la precarización de su nivel de bienestar.
* José Luis de la Cruz es Ingeniero en Electrónica y Comunicaciones por el IPN, Maestro en Economía por El Colegio de México y el Doctor en Administración por el ITESM. Fue profesor de los Departamentos de Economía, de Finanzas y Mercadotecnia en el ITESM. Actualmente es Director General del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico. Además, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamos.