Cada trimestre, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval) publica el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza, con el cual se puede calcular la proporción de la población a nivel nacional y estatal que no puede adquirir la canasta alimentaria básica con el ingreso proveniente de su trabajo (ingreso laboral), incluso si le dedicara la totalidad de éste. La canasta alimentaria al tercer trimestre de 2016 tuvo un costo de $942.82 pesos mensuales en las zonas rurales y $1,323.86 pesos mensuales en las zonas urbanas, con incrementos en el precio de 3.46% y 3.25% respectivamente a comparación del mismo trimestre de 2015.
Aunque el valor de los ingresos laborales cayó en términos reales a partir de la crisis de la Gran Recesión de 2008-2009, y han vivido una gradual y lenta recuperación desde entonces, el panorama cambia si se desglosan en zonas urbanas y rurales. En las zonas urbanas, las fluctuaciones han sido mayores, y si se compara el valor de los ingresos laborales entre el tercer trimestre de 2005 y el tercer trimestre de 2016, el valor de los mismos tras 11 años son 6.7% menores en términos reales.
Por el contrario, los ingresos provenientes del trabajo en las zonas rurales han pasado de $770 pesos per cápita a $943 pesos constantes en los últimos 11 años, por lo que se incrementaron en 22.5% real.