Por : Bárbara Carrillo (@BarbCarrillo27)
Publicado en Animla Político.
En pasados días, Citibanamex recortó de 0.9 % a 0.2 % su pronóstico de crecimiento para México en 2019, a lo cual López Obrador respondió con los siguientes argumentos:
“… crecimiento es que se genere riqueza, pero puede ser que ese crecimiento signifique acumulación de riqueza en unos cuantos”.
“Crecimiento es acumulación de dinero, no necesariamente distribución de dinero, por eso, nosotros decimos hay más desarrollo”.
Las palabras de López Obrador son ciertas: mayor crecimiento no es sinónimo de mejor distribución del ingreso. Ahora utilicemos estos mismos argumentos para analizar, de manera simple y sin mucha ciencia, qué implica que haya menor crecimiento.
De acuerdo con las cifras oficiales, en los últimos años la población ha crecido aproximadamente 1.3 % anual. Si el PIB crece en un año menos del 1.3 % entonces el PIB per cápita será menor. Pero ojo, siguiendo el argumento del propio presidente, la disminución en el PIB no es pareja por lo que es incorrecto pensar que tocará menos a todos y cada uno de los habitantes; tampoco es correcto creer que la reducción en ingreso será del mismo monto para cada persona y mucho menos que la caída en el ingreso será proporcional para cada habitante del país. La realidad es triste: la caída en el PIB le quita más a quien menos tiene.
Ante la desaceleración económica, los dueños de las empresas, tiendas, restaurantes, etc., van a perder ingresos por ventas por lo que buscarán reducir costos. Con ventas bajas las tiendas requerirán menos vendedores, los restaurantes requerirán menos meseros y cocineros, las fábricas menos trabajadores. Los dueños de las empresas pueden mitigar la caída en sus ingresos ajustando sus compras de insumos y despidiendo empleados, incluso, cambiando los términos de contratación de los empleados que conserven. Muchos trabajadores perderán su empleo, otros, aceptarán deterioros en su salario o en sus condiciones de trabajo con tal de mantener su chamba.
¿Qué pasa con una familia de escasos recursos cuando el proveedor del ingreso familiar pierde su empleo? La necesidad de comprar bienes que necesitan los hijos, como alimentos, ropa y medicinas, presionará a padres y madres de familia a aceptar empleos mal remunerados, temporales, sin contratos legales o con malas condiciones laborales. Además, aumentará de manera significativa la probabilidad de que opten por incurrir en actividades ilícitas.
Ante la caída en el ingreso del hogar, el costo de oportunidad de muchos niños y jóvenes de estudiar la secundaria o la preparatoria será mayor, aumentando el número de alumnos que abandonen sus estudios buscando contribuir al ingreso familiar. Por otro lado, algunas familias se verán forzadas a recurrir a deudas mayores y en peores condiciones, deudas que cargarán durante años. Así, el abandono escolar, el desempleo, los menores ingresos y el mayor endeudamiento constituyen fuertes obstáculos para la movilidad generacional, es decir, para que los hijos tengan acceso a mejores oportunidades y mayor nivel de vida del que tuvieron sus padres.
Hablando de distribución del ingreso, de desarrollo y de bienestar, el discurso del presidente es contradictorio. ¿Cómo puede decir que un bajo crecimiento económico no es importante cuando afecta más a los sectores más necesitados? Los propios argumentos de López Obrador hacen que la frase “Primero los pobres” cambie de significado. La desaceleración económica no disminuirá brechas entre ricos y pobres, al contrario, las brechas serán mayores y más difíciles de cerrar.