Por : Paulina Agudelo (@Pauagudelo) y Andrea Cuétara (@ andicuets)
Publicado en Animal Político.
En materia económica, el 2019 fue un año turbulento: México se enfrentó a la incertidumbre del primer año de una administración de alternancia, sufrió el impacto indirecto de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, y entró en recesión técnica al igual que otras economías alrededor del mundo.
Dichos factores se reflejaron en el nulo crecimiento económico que tuvo el Producto Interno Bruto al tercer trimestre del año, de la mano con el recorte a las expectativas que publicó Banxico en su tercer informe trimestral, que contempla un rango de entre -0.2% y 0.2% para el cierre de 2019. En la Encuesta mensual de expectativas de especialistas del sector privado de diciembre, los respondientes redujeron su perspectiva de crecimiento económico a 0.03%. Las reducciones fueron continuas; en noviembre, se esperaba un 0.04%, y a principios de año se estimaba un crecimiento de 1.80%. Al paso de los meses, las decisiones en materia económica por parte de la nueva administración se veían reflejadas en el desempeño esperado. No se observó ni un solo mes con una tasa esperada mayor a la anterior. Fue entre mayo y agosto donde se registraron las mayores caídas: la estimación pasó de 1.13% a 0.50%. Otras instituciones y bancos como la OCDE y JP Morgan prevén que la economía mexicana haya cerrado el 2019 con un crecimiento de 0.2%.
Una de las mayores preocupaciones gira en torno a la inversión, pues durante el 2019 su tendencia fue a la baja, tanto la inversión privada como la pública han registrado tasas de crecimiento anuales negativas desde el cuarto trimestre del 2018, y dicha situación no se ha podido revertir. En el tercer trimestre de 2019 la inversión privada disminuyó 5.5% con respecto al 2018 y la inversión pública decreció 11.1% de forma anual.
Una de las promesas de la nueva administración era aumentar los empleos formales; sin embargo, esto tampoco ha sucedido. Entre enero y noviembre de 2019 se generaron 724,287 empleos formales, cifra acumulada más baja desde 2013. Además, se debe tomar en cuenta que, por lo general, diciembre representa pérdidas de empleo formal, lo cual podría representar una generación anual aún menor. Es importante recordar que los números que reporta el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” no pueden ser considerados como empleo formal, ya que los sueldos son pagados por el gobierno.
Es importante destacar que durante el año hubo variables que se desempeñaron de manera positiva, entre ellas la inflación, la cual, hasta la primera quincena de diciembre, acumuló 6 meses consecutivos con un nivel de inflación general dentro del rango objetivo de 3% establecido por el Banco de México. La recepción de remesas fue otro indicador que alcanzó máximos históricos durante el año; en noviembre los ingresos por remesas crecieron 7.43% en términos anuales y el acumulado enero-noviembre fue el mayor acumulado para los primeros 11 meses de un año desde que se tienen datos. Por último, el tipo de cambio se mantuvo estable durante el 2019 y presentó pocos episodios de volatilidad, registrando un promedio de $19.26 pesos por dólar.
Hay esperanzas de que el desempeño económico en el 2020 sea mejor que en 2019. Banxico estimó que durante este nuevo año el crecimiento económico observado sea de 1.10%. Citibanamex ajustó al alza su expectativa para el 2020 y estimó que México crecerá 1.1%. No obstante, se necesitan más que expectativas al alza para garantizar que el desempeño económico del país mejore. México debe aguardar la ratificación del T-MEC en los congresos de Estados Unidos y Canadá y aprovecharlo para impulsar el comercio internacional con sus principales socios, garantizando así relaciones comerciales que lo ayuden a incrementar el dinamismo.
El mayor desafío es para la nueva administración, pues tras un periodo de ajuste se espera un manejo más eficiente del gasto acorde al discurso de austeridad, una adecuada implementación de políticas públicas conforme las necesidades de la población, y la creación de un ambiente que brinde certidumbre a los inversionistas y garantice una mayor generación de empleos. Todo lo anterior con afán de evitar repetir los errores del 2019 y consolidarse ante el entorno de incertidumbre económica y política que prevalece tanto a nivel interno como en el ámbito global.