- El voto es el único mecanismo para evaluar a los servidores públicos consideran los expertos del observatorio económico México ¿cómo vamos?
- Anular el voto o abstenerse, incrementa la sobrerrepresentación de los partidos políticos con un mayor número de votos efectivos.
Los expertos del observatorio económico México ¿cómo vamos? consideran que la forma más efectiva de ejercer la ciudadanía es a través del voto pues se hacemos uso pleno de la democracia para exigir, reconocer o castigar a los servidores públicos.
En su pregunta quincenal México ¿cómo vamos? consultó a los expertos en economía y política pública que lo conforman sobre si anularían su voto, y de ser así, cuáles serían los motivos por los que lo harían. De los expertos que respondieron el 70.6% (12) indican que no anularían su voto, un 23.5% (4) se muestran a favor de anular y 5.9% (1) se muestra incierto.
Los principales motivos por los cuales no anularían su voto: son poder evaluar los gobernantes, establecer pesos y contrapesos en el poder legislativo, y evitar favorecer a los partidos con la estructura clientelar más amplia.
Los motivos por los cuales sí anularían su voto son expresar su descontento y desencanto con los partidos políticos actuales. Entre los que indican que no anularían su voto, tanto Valeria Moy, profesora del ITAM, como Gerardo Esquivel, profesor de la UNAM, prefieren utilizar su voto para castigar el actuar de los gobernantes que simplemente anularlo. Anular el voto no funciona como un castigo directo a los partidos ya que, como explica Gerardo Esquivel es la asignación de diputaciones plurinominales depende (...) de la distribución (...) de la votación nacional válida, (...) la que se obtiene cuando se eliminan de la votación total los votos nulos (...). Una vez eliminados estos, se utiliza la votación remanente para calcular la distribución de la votación nacional. (...) Así, por ejemplo, si se anula el 20% de los votos, un partido que había obtenido el 30% de la votación original, (...) se verá sobrerrepresentado en 7.5 puntos porcentuales. En la misma dirección, Jorge Suárez Vélez, Socio Fundador de SP Family Office, argumenta que en un escenario con gran número de votos anulados, es el partido con mayor estructura clientelar quien sale beneficiado. Roberto Newell, Vicepresidente del IMCO considera que hacerlo equivale a conferir una ventaja económica y política a los partidos más grandes (...) el deber ciudadano es siempre escoger el mejor (menos peor) candidato y de ser posible, apoyar a los partidos más pequeños cuya oferta política convenga al país. Jorge Basave, investigador de la UNAM, se muestra en contra de anular su voto porque me mantengo informado sobre partidos y candidatos y elijo en este sentido.
Entre los que indican que sí anularían su voto destaca la opinión de Jonathan Heath, analista y conferencista sobre la economía mexicana, pues sustenta que abstener es indiferencia, mientras que anular es participar y expresar nuestra frustración con el sistema electoral actual. Asimismo, Arturo Damm Arnal, de la UP, y Fausto Hernández Trillo del CIDE, coinciden en que les parece poco ético votar, pues tal como indica Damm no me haré cómplice de quien no considero confiable.
Finalmente, Viridiana Ríos, directora del observatorio económico México ¿cómo vamos? considera que anular es dejar la elección en manos del voto duro, del acarreo y las maquinarias partidistas. Yo voto porque quiero poder exigir, castigar y premiar. No participar es asumir que ya perdimos, es tirar la toalla. Yo voto porque no claudico.