Publicado en Animal Político.
I.-
Según los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, del Banco de México, correspondiente a mayo, y considerando la media de las 38 respuesta recibidas, la economía mexicana decrecerá este año 8.16 por ciento (menos 12.00, según la expectativa más pesimista; menos 6.00, según la menos), y crecerá 2.51 por ciento en el 2021 (0.37, según la expectativa menos optimista; 5.70 según la más).
En el Informe Trimestral, correspondiente al primer trimestre del año, del Banco de México, se presentan tres escenarios de crecimiento para 2020 y 2021. Primero, escenario de afectación tipo V: la economía decrece 4.6 por ciento este año y crece 4.0 por ciento el entrante. Segundo, escenario de afectación tipo V profunda: la economía decrece 8.8 por ciento este año y crece 4.1 por ciento el que entra. Tercero, escenario de afectación tipo U profunda: la economía decrece 8.3 por ciento este año y decrece 0.5 por ciento el que entra.
En el informe no se contemplan otras dos posibilidades. Primera, escenario de afectación tipo L: la economía no logra menores tasas de decrecimiento y mucho menos mayores tasas de crecimiento. Segunda, escenario de afectación tipo W: la economía consigue por un tiempo recuperarse (decrecer menos y/o crecer más), en forma de V o de V profunda (primera parte de la W), pero no logra mantener la recuperación y vuelve a caer (segunda parte de la W).
II.-
Al analizar las cifras del apartado anterior recuerdo lo escrito por John Kenneth Galbraith en su libro Historia de la Economía (1987): “Todos estarán de acuerdo en que la economía, tal como hoy se teoriza, alienta una obsesiva preocupación por el futuro”, pese a que “la característica más común del futurólogo económico no es la de saber, sino la de no saber que no sabe”. Para su fortuna, “su máxima ventaja es que todas sus predicciones, acertadas o inexactas, se olvidan con rapidez”.
Según los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, de mayo, este año la economía podría decrecer entre un 12.00 por ciento (la proyección más pesimista) y un 6.00 por ciento (la menos pesimista), y el año entrante podría crecer entre un 0.37 por ciento (la proyección menos optimista) y un 5.70 por ciento (la más optimista).
Según los escenarios presentados por las autoridades monetarias en el primer Informe Trimestral, la economía podría decrecer este año entre un 4.6 y un 8.8 por ciento, y el año entrante podría, o decrecer hasta 0.5 por ciento, o crecer hasta 4.1 por ciento.
¿De qué magnitud será la recesión en 2020? A ciencia cierta no se sabe. ¿De qué magnitud será la recuperación en 2021? A ciencia cierta no se sabe. ¿Para qué sirven los pronósticos (¿adivinanzas?) de los economistas? Buena pregunta.
III.-
En la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, de mayo de 2019, hace un año, se pronosticó para 2019, según la media de las 39 respuestas recibidas, un crecimiento del 1.32 por ciento (0.75, el más bajo; 1.80, el más elevado). La economía decreció 0.3 por ciento el año pasado.
En la misma encuesta se pronosticó, para el 2020, considerando la media de todas las respuestas, un crecimiento del 1.72 por ciento (0.77, el más bajo; 2.33, el más alto). Un año después, en la encuesta de mayo pasado, se pronosticó un decrecimiento del 8.16 por ciento (12.00, el mayor; 6.00, el menor).
¿Para qué sirven las proyecciones de los economistas? Para una sola cosa: para conocer cuál es la visión del futuro que tiene el economista consultado, pero no para saber, mucho menos a ciencia cierta, cuál será, en realidad, el comportamiento futuro de la economía.
¿Qué es lo único cierto con relación a la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente a junio, que el Banco de México dará a conocer el miércoles 1 de julio? Que, con relación a la de mayo, las predicciones habrán cambiado y que, comparadas con las de la encuesta de julio, que el Banco de México publicará el lunes 3 de agosto, serán diferentes. ¿Qué tenemos? Ejercicios mensuales de prestidigitación.
IV.-
¿Qué tipo de recuperación tuvo la economía en 1996, después del Efecto Tequila de 1995, y en 2010, después de la Gran Recesión de 2009?
En 1995, año del Efecto Tequila, la economía mexicana decreció 6.3 por ciento. En 1996 creció 6.8 por ciento. Se tuvo una recuperación tipo V: después de la caída la economía crece en un porcentaje semejante al de la contracción: 6.3 y 6.8.
En 2009, año de la Gran Recesión, la economía mexicana decreció 5.6 por ciento. En 2010 creció 5.1 por ciento. Tuvimos, nuevamente, la típica recuperación tipo V: 5.6 y 5.1.
¿Qué tipo de recuperación podría tener la economía en 2021, después del Efecto Coronavirus del 2020?
Según las medias de las respuestas de la última encuesta del Banco de México, para 2020 se espera que la economía decrezca 8.16 por ciento, y que en 2021 crezca 2.51, lo cual daría como resultado una recuperación tipo V profunda: la tasa de crecimiento después de la recesión (2.51 por ciento) resulta significativamente menor que la tasa de decrecimiento durante la recesión (8.16 por ciento).
V.-
Al margen de cuál vaya a ser la magnitud de la recesión de este año, y de qué tipo de recuperación vayamos a tener el próximo, lo que sí podemos decir con certeza es qué debe hacerse para que, al margen del número, el resultado sea, en materia de crecimiento, el mejor posible.
El crecimiento de la economía se mide por la producción de bienes y servicios para el consumo final, el Producto Interno Bruto, PIB, que depende de las inversiones directas, que producen esos bienes y servicios, crean empleos (para producir alguien tiene que trabajar) y generan ingresos (a quien trabaja se le paga), inversiones que dependen de la confianza de los empresarios, dándose la siguiente secuencia lógica: a mayor (menor) confianza más (menos) inversiones directas; a más (menos) inversiones directas más (menos) producción de bienes y servicios; a más (menos) producción de bienes y servicios mayor (menor) crecimiento.
¿Por dónde empieza el círculo virtuoso del crecimiento? Por la confianza de los empresarios, misma que la 4T se ha encargado de debilitar con medidas que van , desde la cancelación del NAICM, pasando por la cancelación de la construcción de la planta cervecera en Mexicali, hasta la intención de cancelar la generación de electricidad, de manera limpia, renovable y a menor costo, por parte de la iniciativa privada, todo lo cual es propio del Estado de chueco (gobierna el capricho de una persona), no del Estado de Derecho (gobiernan las leyes).
En mayo de 2018, 2019 y 2020, el Indicador de Confianza Empresarial del INEGI, para la manufactura, la construcción y el comercio, se ubicó en 49.7, 51.5 y 36.1 puntos, respectivamente. Entre 0 y 50 puntos hay desconfianza (0 es igual a desconfianza total), entre 50 y 100 confianza (100 es igual a total confianza). La desconfianza ha aumentado.
Si centramos la atención en el Indicador de Confianza Empresarial relacionado con la confianza para invertir directamente en el país, estos fueron los resultados para mayo de 2018, 2019 y 2020: 35.6, 36.8 y 11.3 puntos. La desconfianza ha aumentado. ¿Cuál es el único resultado posible? Menos inversiones directas, menos producción de bienes y servicios y, por lo tanto, menos crecimiento, con el efecto negativo sobre la creación de empleos y la generación de ingresos.
¿Cuál es el principal reto que, en materia económica, enfrenta el gobierno? Recuperar la confianza de los empresarios algo que, estando AMLO al frente, resultará muy difícil.