En el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.
Derrumbando muros de malas ideas
Por: Rodrigo García-Verdú (@rgarciaverdu)
La temporada de campañas de las elecciones primarias en los Estados Unidos (EE.UU.) ha puesto en relieve la relación económica entre México y los Estados Unidos −incluyendo el Tratado de Libre Comercio (TLCAN)− y la migración mexicana a EE.UU. Este artículo contribuye a separar los hechos de la retórica.
Los hechos
La relación bilateral entre México y los EE.UU. es una de las más intensas y complejas en el mundo. Las economías de los dos países están muy relacionadas entre sí, tanto en términos de comercio e inversión, como a través de la migración y las remesas. En términos de flujos comerciales, México es el segundo mayor mercado de exportación de mercancías de los EE.UU. después de Canadá, y es la tercera fuente de importaciones de mercancías después de China y Canadá. A su vez, los EE.UU. son el mayor destino de las exportaciones de mercancías de México y la principal fuente de las importaciones de mercancías. Los flujos bilaterales de comercio de mercancías en 2015 promediaron aproximadamente $1.4 mil millones de dólares diarios. Los EE.UU. son la principal fuente de inversión extranjera directa (IED) en México, representando aproximadamente el 46 por ciento de los flujos totales de IED acumulados en el periodo 1999-2015.
En cuanto a la migración, México es el país de origen de la mayor comunidad en los EE.UU. de residentes nacidos en el extranjero. De acuerdo con la Oficina de Censo de Estados Unidos, en 2014 había 11.7 millones de mexicanos viviendo en EE.UU., incluyendo residentes legales e ilegales. El Centro de Investigación Pew (Pew Research Center) estima que 5.6 millones de ellos residían ilegalmente en el mismo año. Aunque significativamente menor en términos absolutos y relativos, también hay una gran comunidad de ciudadanos estadounidenses residentes en México. Según la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI, en ese año había cerca de 740 mil personas nacidas en los EE.UU. que residían en México. Es probable que hay muchos más ciudadanos estadounidenses que sólo son residentes estacionales de México, y cuya presencia podría no haber sido capturada por la encuesta. Como tal, los ciudadanos de EE.UU. son la comunidad extranjera más grande en México. Si bien no existen estadísticas confiables, México es probablemente el país con el mayor número de ciudadanos estadounidenses que viven en el extranjero.
El flujo de las remesas a México proveniente de EE.UU. fue de $24.8 millones de dólares en 2015, lo cual equivale a alrededor del 2.4 por ciento del PIB de México. Un menor nivel de remesas podría tener un impacto negativo sobre el bienestar de los hogares de bajos ingresos, ya que para ellos las remesas son una parte importante de sus ingresos.
La retórica
En cuanto a la propuesta de Donald Trump, el candidato líder del partido Republicano, de obligar al Gobierno de México a pagar por la construcción de un muro fronterizo, en el documento que hizo público se plantea utilizar disposiciones de la Ley Patriota (Patriot Act) para evitar que los inmigrantes que residen ilegalmente en EE.UU. puedan transferir fondos a México. El gobierno de México, a fin de evitar la aplicación de la medida propuesta, tendría que “hacer un pago por única vez de $ 5-10 miles de millones de dólares para asegurar que $ 24 mil millones de dólares continúen fluyendo en su país año tras año”.
Esta propuesta sería en gran medida ineficaz, ya que las regulaciones que propone imponer, inclusive en caso de que sean legales, podrían eludirse fácilmente. Sin embargo, la imposición de esas medidas sí impondría mayores costos para los inmigrantes y sus familias: el costo de las remesas aumentaría y su valor total disminuiría; más preocupante aun, los canales a través de los cuales se envían las remesas cambiaría, redirigiendo una mayor proporción a ser enviados a través de canales informales, los cuales son más costosos e involucran mayor riesgo, no pagan impuestos, además de que son más difíciles de medir para las agencias estadísticas.
Si la propuesta es implementada, la teoría económica estándar predice que sucedería lo siguiente: (i) un aumento del monto promedio de las remesas, ya que las personas que residen ilegalmente en EE.UU. pueden pedir a sus familiares o amigos que residen legalmente enviar las remesas en su nombre; (ii) un aumento del tamaño del mercado informal en el que las personas llevan físicamente las remesas con ellos a México (con los mayores riesgos y costos que ello involucra relativo a las transferencias electrónicas), y (iii) daría lugar a la utilización más intensiva de otros canales, incluyendo el envío de remesas por correo a través de tarjetas de regalo, tarjetas de crédito prepagadas, tarjetas de débito, a través de Bitcoin u otras formas de criptomoneda, o mediante el uso de un sistema de remesas basado en el teléfono (véase la guía del FMI para múltiples ejemplos de cómo funciona esto en la práctica).
Los dos últimos efectos probablemente revertirían la tendencia hacia una mayor intermediación de las remesas a través del sistema financiero formal, como se muestra en la Gráfica 1. De implementarse la medida, la proporción del total de remesas enviadas a México por transferencia electrónica, la cual ha venido aumentando constantemente en las últimas dos décadas, probablemente se reduciría, al tiempo que aquella proporción enviada en efectivo y especie, así como las que nos son capturadas por las estadísticas oficiales, aumentarían.
Los participantes en el mercado de las remesas que tienen más que perder si la propuesta fuese implementada son los servicios de transferencias electrónicas como Moneygram y Western Union y, en menor medida, los bancos comerciales, cooperativas de crédito y otros intermediarios financieros. Ellos serían los primeros en ejercer presión en contra de la regulación y cuestionarían su legalidad en los tribunales.
Consideraciones finales
En resumen, de llegar a implementarse, la propuesta aumentaría el costo y reduciría el valor total de las remesas enviadas, pero sería en gran medida ineficaz por la facilidad con que pueden eludirse las regulaciones. La propuesta tendría impactos negativos en otras dimensiones, ya que revertiría la tendencia registrada hacia una mayor intermediación de las remesas a través del sistema financiero formal. De acuerdo con este análisis, la amenaza de bloquear las remesas para obligar al Gobierno de México a pagar por el muro fronterizo no es creíble.
* Rodrigo García Verdú es economista del ITAM y es maestro y doctor en Economía por la Universidad de Chicago. Forma parte del grupo de expertos de@MexicoComoVamos. El autor agradece los útiles comentarios y sugerencias de varios colegas. Cualquier error u omisión es responsabilidad exclusivamente del autor y no deben ser atribuidas a ninguna otra persona o institución. Correo electrónico: rgarciav@alumni.uchicago.edu