Por : Felipe Meza (@analisismacro)
Publicado en Animal Político.
Durante 2019 la tasa de crecimiento del consumo privado en México fue menor a la tasa promedio histórica. Me refiero a lo que observamos en el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) que reportó el INEGI el 10 de febrero de este año. Este indicador comienza en 1993 y la última observación es la de noviembre de 2019. El promedio histórico 1993-2018 de la tasa de crecimiento con respecto al mismo mes del año anterior es de 2.9% Durante 2019 la tasa promedio ha sido de 1%.
Si observamos los componentes del consumo el hecho es el mismo. Las tasas promedio 1993-2018 de crecimiento con respecto al mismo mes del año anterior del consumo nacional, nacional en bienes, nacional en servicios, y el consumo importado son 2.6%, 2.4%, 2.8 y 8.2% respectivamente. Durante 2019 todos los componentes crecieron en promedio por debajo de esas medias: 0.8%, 0.7%, 0.8% y 2.9% respectivamente.
¿Por qué es importante este hecho? El consumo es el componente más grande del PIB por el lado de la demanda agregada. Por tanto, una manera mecánica de volver al crecimiento de 2% del PIB es hacer que el consumo crezca a una tasa alta. Otra manera de expresar su importancia es ver la contribución del Consumo Privado al crecimiento del PIB, también reportado por el INEGI. En el 3er trimestre de 2019 tuvo la segunda mayor contribución, por detrás de Exportaciones, por una cantidad de 0.5 puntos porcentuales. Recordemos que en ese trimestre la variación anual del PIB fue 0%, debido a las contribuciones negativas del Consumo de Gobierno, Formación Bruta de Capital Fijo, e Importaciones.
El consumo depende del comportamiento de las fuentes de ingreso actuales y futuras. A mayor ingreso actual o futuro, mayor será el consumo actual. Otro determinante es la tasa real de interés. Esa tasa es el precio que determina consumo versus ahorro. A mayor tasa, mayor incentivo a ahorrar y por tanto menor es el consumo. A continuación voy analizar el comportamiento de distintas fuerzas determinantes del consumo, y las implicaciones sobre su crecimiento. Estas fuerzas son las remesas internacionales, la masa salarial y la tasa real de interés.
Las remesas internacionales que mexicanos en Estados Unidos deciden enviar a México han mostrado un fuerte crecimiento de 2015 a la fecha. Entre 2015 y noviembre de 2019 las remesas pasaron de 2000 a 3000 millones de dólares al mes (fuente: Banco de México). Específicamente, durante 2019 las remesas crecieron durante el año. Sin embargo, el crecimiento del consumo se redujo.
El comportamiento de la masa salarial real, es decir la suma de los salarios reales que reciben los trabajadores, ha crecido aproximadamente 10% entre 2015 y el tercer trimestre de 2019 (fuente: Banco de México). En particular durante 2019 el comportamiento fue ascendente. Por el contrario, el crecimiento del consumo se desaceleró.
La tasa de interés real ha mostrado un comportamiento a la baja durante 2019. Esto es consecuencia de la reducción en la tasa de interés objetivo del Banco de México, que ha pasado de niveles de aproximadamente 8 a 7%, al mismo tiempo que la inflación permanece estable en alrededor de 3% anual. Dado que el incentivo a ahorrar se ha reducido, esta fuerza debería generar mayor consumo, pero el crecimiento del consumo ha caído.
Una fuerza más que tendería a generar un crecimiento en el consumo son las transferencias implementadas por el gobierno actual. Algunos economistas comentaron que las nuevas transferencias generarían un aumento en la demanda agregada. Un punto que quiero hacer es que en todo caso esas nuevas transferencias pudieron generar un aumento de una sola vez en el nivel de consumo, y por tanto un incremento de una sola vez en la tasa de crecimiento del mismo. No es posible generar mayor crecimiento sostenido a partir de la creación de un nuevo sistema de transferencias (a menos que ellas se destinen principalmente a educación y salud). Volviendo al tema del comportamiento del consumo durante 2019, en lugar de observar un mayor crecimiento impulsado en parte por transferencias, observamos una disminución.
En resumen, a pesar de que hay varias fuerzas que deberían empujar al alza el crecimiento del consumo (así sea de manera transitoria), observamos justamente lo opuesto. ¿Por qué se desaceleró el consumo en 2019?
Mi respuesta a la pregunta es que los consumidores prevén un menor crecimiento de las fuentes futuras de ingreso, y por tanto desde hoy reducen su gasto.
¿Qué factores influirían negativamente sobre el ingreso futuro? Hay factores externos e internos. Un factor externo lo constituye el crecimiento negativo a fines de 2019 en el sector manufacturero de Estados Unidos. Los sectores manufactureros de EU y de México están estrechamente ligados. Por tanto una recesión en ese sector en EU implica una reducción en la actividad económica en nuestro país. Por ahora la fuente de preocupación no es (afortunadamente) una recesión en Estados Unidos, pero sí un crecimiento negativo en su sector manufacturero. En caso de que ese sector manufacturero se recupere en 2020, podemos esperar un aumento en el crecimiento del consumo en México hacia los valores previos a 2019.
En cuanto a los factores internos, yo los resumiría en que actualmente han sido bloqueadas fuentes de crecimiento que estaban disponibles hasta 2018. Mi opinión personal es que la cancelación del NAIM y el bloqueo de facto a la Reforma Energética han eliminado fuentes de crecimiento futuro. Otra decisión de política que reduce el crecimiento futuro es la contracción en la inversión pública registrada durante 2019. Una mayor inversión pública, complementaria con la privada, habría contribuido a mayor crecimiento futuro.
Termino con una pregunta, y una propuesta. ¿Qué tan persistente será el menor crecimiento del consumo? Marzo de 2019 parece haber sido el peor mes del año pasado al mostrar crecimiento anual negativo en consumo total, nacional, nacional en bienes, e importado. Después de ese mes los crecimientos son positivos, aunque menores que en el pasado. Por otra parte, el consumo nacional en servicios parece desacelerarse el resto de 2019, mostrando un crecimiento anual promedio de 0.8%. No veo signos claros de recuperación. La preocupación principal es que entremos en un periodo mayor a un año de menor crecimiento. Finalmente, presento una propuesta. De acuerdo los medios de comunicación el gobierno presentará un plan de infraestructura energética a mediados de febrero. Mi propuesta es que el plan incluya un impulso claro y decidido a la inversión privada nacional y extranjera en energía. La reapertura crearía oportunidades de inversión y crecimiento hasta ahora bloqueadas.