De las administraciones que terminarán su gestión, en Chiapas, Tabasco y Veracruz se registraron estancamiento y retrocesos en materia económica. Mientas que en algunas otras entidades hubo avances.
Publicado en Animal Político.
Este 1 de julio se llevarán a cabo elecciones históricas en México. Además de ser la primera con candidatos independientes en la boleta presidencial, será la contienda electoral más grande en la historia de México. Además de elegir al presidente del país, se elegirán representantes, ya sea diputados, senadores, gobernadores, alcaldes o legisladores locales. En total, 3 mil 406 cargos están en disputa.
De los 32 estados del país, 9 elegirán un nuevo gobernador este año. Con la publicación de los Semáforos Electorales Estatales, México, ¿cómo vamos? busca dar a conocer el desempeño económico de esas 9 administraciones salientes, de manera que los votantes tengan más herramientas para tomar una decisión informada.
Los 9 estados evaluados son Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán; los indicadores que se consideran para el análisis son el crecimiento económico promedio, la generación de empleos formales, la informalidad laboral, la productividad laboral, la pobreza laboral y la deuda pública como proporción del PIB estatal.
El problema de disparidad regional que aflige al país es evidente al hacer la evaluación económica de estos estados. Mientras que algunos muestran avances en prácticamente todos los indicadores considerados, otros estados muestran estancamiento y a veces retrocesos. Tal es el caso de Chiapas, Tabasco y Veracruz. El desempeño de la economía estatal durante sus respectivas administraciones deja pendientes en casi todos los indicadores evaluados.
La economía de los tres estados ha decrecido a lo largo de sus administraciones, en 0.3%, 3.1% y 1.3%, respectivamente. Chiapas ha cumplido sólo 4% de la meta de generación de empleo y Veracruz 14%, mientras que Tabasco ha sufrido grandes retrocesos en la materia, habiendo desaparecido empleos formales equivalentes a 15% de su meta.
En informalidad y pobreza laboral, tanto Chiapas como Tabasco han empeorado; la tasa de informalidad laboral en Tabasco pasó de 56.8% a 63.7% durante la administración, mientras que la proporción de personas que no puede adquirir el valor de la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar aumentó de 41.5% a 48.7%. En Chiapas, la informalidad laboral pasó de 63.7% a 68.2%, y la pobreza laboral de 67.8% a 71.3%. En Veracruz, la tasa de informalidad laboral se mantuvo estancada en 61.2%, un nivel significativamente más alto al nacional (52.1%); a pesar de que la pobreza laboral pasó de 54.7% a 54.4% durante la administración, continúa estando por encima de la tasa nacional de 41%.
Hay estados, sin embargo, cuyo desempeño económico refleja la toma de buenas decisiones durante los últimos años. Tanto Guanajuato como Jalisco han tenido un desempeño económico positivo. Ambos estados presentan ciertos pendientes, como la necesidad de un crecimiento más sostenido en Jalisco o la mejora en los niveles de productividad laboral de Guanajuato. Asimismo, uno de los pendientes para ambos estados es la generación de empleo formal que, a pesar de estar cerca de cumplir la meta – Guanajuato cumplió con 89% de la meta y Jalisco con 90% durante los periodos de gestión de las administraciones actuales -, aún tienen camino por recorrer.
No obstante, han presentado mejoras significativas en los niveles de informalidad laboral y pobreza laboral, y ambos han tenido disminuciones en la deuda pública como proporción del PIBE reportada ante la Secretaría de Hacienda. En Guanajuato, la tasa de informalidad laboral cayó 7.7 puntos porcentuales, de 59.8% a 52.1%, mientras que en Jalisco esta disminución fue de 6.4 puntos porcentuales, pasando de 53.3% a 46.9%. Asimismo, hubo logros en los niveles de pobreza laboral, ya que la proporción de la población en situación de pobreza laboral pasó de 41.1% a 36.3% en Guanajuato y de 31.6% a 25.6% en Jalisco, además, es el quinto estado con la menor proporción de población que no puede adquirir el valor de la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo en su hogar.
Estados como la Ciudad de México, Morelos, Puebla y Yucatán presentan un panorama con más contrastes. En diferentes indicadores, ha habido tanto avances como pendientes a lo largo de sus administraciones. En la CDMX, por ejemplo, se ha cumplido con 108% de la meta de generación de empleo, pero la proporción de personas en situación de pobreza laboral pasó de 29.5% a 37.9%. En Yucatán, la productividad laboral ha pasado de $118 a $123 pesos por hora trabajada, pero sigue siendo un valor considerablemente menor al nacional, de $162. Además, este estado sólo ha cumplido con 56% de la meta de generación de empleo formal.
Los Semáforos Electorales Estatales no sólo permiten evaluar a los estados a punto de elegir un nuevo gobernador de manera objetiva, sino que funcionan como una guía para identificar cuáles han sido las estrategias acertadas en materia económica. De esta manera, las administraciones siguientes pueden mantener las políticas que han funcionado para el desempeño económico de los estados, al mismo tiempo que reevalúan aquellas que han demostrado no ser eficientes.