En el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.
¿Convergencia o divergencia económica?
Por: Mariana Galindo (@margaloro)
Al tratar de explicar los diferentes ritmos de crecimiento de los países, uno de los modelos de crecimiento más usados por economistas, el modelo de Solow, predice que los países convergerán en los niveles de PIB per cápita que alcancen, si se cumplen ciertas condiciones. Los países con bajos niveles de ingreso en términos per cápita crecerán a un ritmo mayor que los países más ricos hasta alcanzarlos, suponiendo que, de acuerdo a Robert Barro, su estructura económica sea similar en cuanto a la tasa de ahorro, tasa de crecimiento poblacional, estado de derecho, apertura comercial, niveles de inversión en educación y salud, y estabilidad macroeconómica.
En la historia existen ejemplos de este tipo de convergencia. Por ejemplo, al finalizar la guerra civil en Estados Unidos en 1865 los estados del sur tenían un PIB per cápita equivalente a 40 % del PIB per cápita de los estados del norte. Con el tiempo, hubo un proceso de convergencia y el PIB per cápita de los estados del norte y del sur se emparejaron (Barro,2007, Macroeconomics: a modern approach).
Asumiendo que las condiciones antes mencionadas se mantuvieran a lo largo del territorio mexicano, se predeciría una convergencia en el nivel de bienestar de los estados en el tiempo; en el largo plazo el PIB per cápita de los estados tendería a igualarse. Sin embargo, usando los datos de 1994 a 2014 no se observa esta convergencia entre todos los estados del país.
Una forma simple de verlo sería comparar cómo se encontraba el PIB per cápita de un estado con respecto al PIB per cápita nacional en 1994 y cómo creció dicho estado en los siguientes 20 años en comparación con el crecimiento del país. Si se observara una convergencia condicional, todos los estados pobres en relación al resto del país en 1994 mostrarían un crecimiento más acelerado que el resto de estados en los siguientes 20 años.
De los 21 estados que tenían PIB per cápita menor al nacional en 1994, 11 crecieron a una tasa igual o mayor que a la que creció el país. Estos son los estados que están convergiendo, ya que eran menos ricos en términos per cápita y crecieron más rápidamente de lo que lo hizo el país en ese periodo.
Sin embargo, los diez estados restantes divergen. Son estados que, con niveles inferiores de riqueza, no mostraron un dinamismo en su economía. De éstos destacan Oaxaca, Guerrero y Chiapas con menor crecimiento en el periodo.
¿Por qué algunos estados convergen y algunos no? La respuesta favorita de los economistas es productividad, ese hacer más con lo mismo. Un estudio de la OCDE (Perspectives on Global Development 2014: Boosting productivity to meet the middle-income challenge) indica que los niveles y crecimiento de la productividad tienen una influencia importante en la capacidad de un país de ingreso medio, como México, para converger a los niveles de ingresos per cápita de los países desarrollados.
Pensar en la productividad en un caso muy específico es fácil; por ejemplo, un autolavado sería más productivo si con la misma cantidad de agua, jabón, materiales, espacio y los trabajadores laborando la misma cantidad de horas lograra lavar más coches.
¿Qué hace que un autolavado sea más productivo? La capacitación de sus trabajadores, un mejor proceso de organización, un mejor jabón o incluso podría ser factores externos, como el establecimiento de policías en la región que evitaran que grupos delictivos extorsionaran a los dueños. Existen múltiples factores detrás de la mejora productiva de un negocio de autolavado.
Si extrapolamos esta idea a la economía de un país donde la productividad es la suma de esas pequeñas ganancias en eficiencia de todos los productores que la componen es todavía más complejo entenderla.
Los típicos sospechosos de la baja productividad en México son la informalidad, obstáculos al acceso al crédito, rezago en el capital humano, inexistencia de un Estado de derecho y estancamiento de los recursos productivos (capital, trabajo, tierra, etc) en actividades de bajo valor agregado.
En este contexto el Gobierno Federal creó el Programa para Democratizar la Productividad que busca coordinar acciones en los diferentes ámbitos de gobierno para crear políticas públicas que incentiven la productividad. En este sentido, se han propuesto acciones importantes como las Zonas Económicas Especiales o los Convenios para la Ejecución de Acciones en Materia de Formalización del Empleo.
¿Y si no fuese suficiente? ¿Y si incluso con la correcta implementación de estas medidas no fuese suficiente para impulsar la productividad? Es posible que la productividad esté escondida en los cimientos de nuestro sistema económico y político, por lo que se requirieran cambios más amplios y audaces. Algunas opciones serían la homogenización del IVA para financiar un seguro universal, hacer cumplir la ley a los políticos por igual o poner un alto a los grupos rentistas que hacen cumplir sus intereses por medio de cobro de favores a políticos en algunos casos y presión por medio de movilizaciones y secuestro de bienes públicos en otros. ¿Sería posible que si con la evolución del tiempo no vemos la democratización de la productividad materializarse y la convergencia en el nivel de bienestar de los estados se tomen entonces acciones más audaces?