Publicado en Animal Político.
México estaba siendo ejemplo de éxito en materia de inversión en energías limpias por los bajos costos alcanzados en la generación de energía solar y eólica. El programa económico de largo plazo contaba con el apoyo de varios países para la adquisición de tecnología y la creación de un plan económico que permitiera una mejor transición al uso de energías limpias. La cancelación de la Cumbre de la Alianza entre México y Alemania que iniciaría hoy martes 19 de marzo tomó por sorpresa al mundo entero y entristeció a muchos mexicanos.
La Secretaría de Energía (SENER) da la espalda al mundo, tira por la borda la posibilidad de que México esté a la vanguardia en materia de energía para abrir paso al pasado regresando al uso de energías contaminantes. Es difícil pensar en la propuesta de regresar al uso del carbón sin imaginar gente viviendo en una ciudad gris con paredes sucias y humo en el que flota hollín, esas partículas grasientas que se adhieren a las superficies, a los árboles, a la piel. Los principales perdedores de este retroceso somos los mexicanos, particularmente los jóvenes y niños.
La reforma energética no era perfecta, por el contrario, tenía errores y aspectos que se prestaban a la corrupción, pero estaba encaminada a que en el futuro los consumidores pudieran acceder a servicios de energía más limpia, más eficiente y, cabe resaltar, más barata. Si bien es cierto que los beneficios de una transición hacia energías renovables no son inmediatos, Rocío Nahle, como titular de la SENER, tenía en sus manos la oportunidad de aprovechar lo que ya se había logrado, mejorarlo, eliminar fallas y proveer a la población de un mejor futuro. Sin embargo, Nahle piensa primero en su objetivo personal: eliminar todo aquello que se haya construido en sexenios anteriores, sin distinguir si es bueno o malo. Si es algo creado durante el periodo que el presidente llama con odio “neoliberal” (que seguimos sin saber lo que eso significa, pero que al parecer ha terminado por decreto presidencial) debe ser eliminado. Así de simple.
A pesar de los buenos resultados, y de las recomendaciones de expertos y empresarios, se suspenden las subastas eléctricas. El gobierno actual pudo verse beneficiado cuando, en un futuro no lejano, hogares y empresas pudieran acceder a energía de calidad a menor costo. Tenía la mesa servida para beneficiar a la población y adjudicarse el logro. Rocío Nahle desperdicia la oportunidad porque su prioridad es atender sus intereses personales.
La titular de la SENER inicialmente no se preocupó por dar una justificación a la cancelación de la Cumbre de la Alianza entre México y Alemania, simplemente dijo que “favorece mucho a la reforma energética del sexenio anterior”. Ante la lluvia de críticas no sólo en México sino en varios países, Nahle declara que ella no la canceló. “No dijimos cancélenla, dijimos: ‘no hay equidad para nombrarla Cumbre México-Alemania´”. Patadas de ahogado recurrir al patriotismo buscando tapar el error de dar sus verdaderos motivos en su declaración inicial. “Favorece mucho a la reforma energética del sexenio anterior”. No, señora secretaria, no. El uso de energías renovables favorece a la población, favorece a las finanzas públicas, favorece a la salud, favorece a los niños, favorece a México.
El retroceso al uso de energías contaminantes deja a los niños y jóvenes mexicanos de hoy expuestos a vivir en un país contaminado y en creciente rezago tecnológico con respecto al resto del mundo. Estamos a tiempo de corregir el rumbo, estamos a tiempo de abandonar las aspiraciones personales y pensar en nuestros niños.
* Bárbara Carrillo es profesora de economía en el ITAM y forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamos.