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Estirando la liga del presupuesto
Por: Valeria Moy (@ValeriaMoy)
No es fácil presupuestar. No conocemos el futuro y aunque seamos agentes racionales y nuestras expectativas estén ajustadas hay demasiadas variables inciertas. Al presupuestar las finanzas públicas del país, el reto es mayor. También lo es la responsabilidad que conlleva.
Esta es la época del año en la que el Ejecutivo presenta sus estimados de ingresos y de gastos para que el Congreso haga los ajustes que considere pertinentes antes de aprobarlos. Con esas cuentas planearemos para el año siguiente. La Ley de Ingresos ya fue aprobada en lo general por los diputados, con cambios importantes, y los senadores tienen hasta el 31 de octubre para aprobarla.
Algo saben los diputados que pronostican tener mayores ingresos que lo que la Secretaría de Hacienda estimaba. Mediante cambios en el precio del dólar y en la producción petrolera, tendremos, por lo menos en el papel, mayores ingresos en el 2017.
El Presupuesto de Egresos es la contraparte de la Ley de Ingresos. No se puede trabajar en uno sin tener en cuenta el otro. La correcta estimación de los ingresos es fundamental para mantener el gasto en orden. De ahí saldrán los estimados de deuda, déficit o superávit primario, requerimientos financieros del sector público, es decir, todos esos conceptos con los cuales se evalúa la salud de las finanzas públicas de un país.
Para 2017, el Ejecutivo había propuesto un estimado de ingresos de 4 billones 837 mil 512.3 millones de pesos. Con los ajustes que los diputados hicieron, los ingresos “aumentan” en 51 mil 380.2 millones de pesos; así que con lo aprobado por esta Cámara se estima recibir ingresos por 4 billones 888 mil 892.5 millones de pesos.
El incremento proyectado en los ingresos viene de estimar el dólar en 18.62 pesos, a diferencia de los 18.20 contemplados en la iniciativa. También produciremos más petróleo. En un entorno de producción decreciente, los diputados estiman que produciremos 19 mil barriles diarios adicionales a lo que el Ejecutivo había contemplado. La suma de una mayor producción con precios más altos en pesos repercute en un incremento de ingresos petroleros por 17 mil 369.9 millones de pesos.
Asimismo, se considera que el SAT será más eficiente en la recaudación y derivado de esa eficiencia, se recaudarán 10 mil 18.9 millones de pesos más. Los ingresos no tributarios aumentarán también: se obtendrán 23 mil 991.4 millones de pesos más por aprovechamientos. Los aprovechamientos, usualmente contenidos en el rubro de “otros ingresos” provendrán de concesiones o venta de activos.
Así, con estos ajustes, aparecieron 51,380 millones de pesos de ingresos extras a los planteados por el Ejecutivo. Desconozco si estas estimaciones se hicieron con los argumentos correctos, pero no podemos perder de vista que esas estimaciones tendrán que tener su contrapartida en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Es decir, si se considera que el dólar estará en 18.62 pesos, en lugar de los 18.20 planteados inicialmente, la importación de petróleo y gasolina (no sobra recordar que somos un importador neto de petrolíferos) provocará mayores gastos en este rubro. Con estos estimados también se espera un incremento en el costo financiero de la deuda. Algunos analistas ya vislumbran un recorte a un presupuesto que ni siquiera ha sido aprobado.
En años recientes se han subestimado los ingresos. Recurrentemente estimamos recibir menos recursos de los que realmente se obtienen. Estos “excedentes” han funcionado como el justificante ideal para explicar por qué no ha sido necesario hacer los recortes anunciados año con año. Pero no se trata de que año con año aparezcan extras que nos permitan pagar cada vez un gasto mayor. Se trata de hacer bien las cuentas. Se trata de tomarse en serio el papel de las finanzas públicas en la estabilidad económica del país y actuar con responsabilidad.
En este entorno, entra al debate la propuesta de un Consejo Fiscal Independiente, un organismo conformado por expertos en finanzas públicas, políticamente independiente, con el objetivo de hacer análisis y recomendaciones de política sobre el tema. La idea está en poder presupuestar y planear más allá de un año y darle solidez a las cuentas públicas del país. Suena a que lo necesitamos.