Por: David Kaplan (@David_S_Kaplan)
Por: David Kaplan (@David_S_Kaplan)
En entradas anteriores he presentado estadísticas sobre las diferencias entre mujeres y hombres en el mercado laboral mexicano. En esta entrada escribí sobre las diferencias de género respecto a informalidad laboral y en esta entrada escribí sobre las diferencias de género respecto al desempleo, subempleo, y desempleo encubierto. A simple vista, no todas las cifras parecen mostrar un mercado laboral más desfavorable para las mujeres. Por ejemplo, la tasa de informalidad laboral y la tasa de desempleo son similares para mujeres y hombres, mientras la tasa de subempleo es menor para mujeres que para hombres.
No obstante, estos resultados deben considerarse a la luz de que en México hay un problema grave con la baja participación laboral de las mujeres. Empecemos con los datos, con base en los cálculos de la OCDE. El indicador que discutiré a continuación es la tasa de empleo, definida como el porcentaje de personas entre 15 y 64 años que tiene un empleo. De los que no tienen empleo, algunos son desempleados (no tienen empleo, pero están buscando) pero la mayoría no son económicamente activos (no tienen empleo, y tampoco están buscando). Presentaré datos del 2015 del promedio de los países de la OCDE, además de información de Brasil, Chile, Colombia, y por supuesto México. La siguiente gráfica muestra esta información, desglosada por género.
La tasa de empleo en México (incluyendo mujeres y hombres) de 61.0 % es menor que el promedio de la OCDE (67.0 %) y menor que en Brasil (64.4 %), Chile (62.4 %), y Colombia (67.6 %). Pero desglosando las cifras por género, se observa que la tasa de empleo de hombres en México de 78.6 % es bastante alta, mayor que el promedio de la OCDE (74.8 %), mayor que en Brasil (75.7 %) y Chile (73.0 %), y solo ligeramente menor que en Colombia (79.9 %). Claramente los datos de los hombres no explican la baja tasa de empleo de México.
México tiene una tasa de empleo baja porque la tasa de empleo de mujeres es extremadamente baja. La tasa de empleo de mujeres en México es de 45.1 %, 14.3 puntos porcentuales menor que el promedio de los países de la OCDE (59.4 %) y sustancialmente menor que en Brasil (53.8 %), Chile (51.9 %), y Colombia (56.0 %). Esta baja participación femenina en el mercado laboral puede considerarse como un problema social, pero claramente es un problema económico también. La OCDE estima que una reducción de 50 % en la brecha de género respecto a la participación laboral generaría US $1,100 adicionales al PIB per cápita en 2040.
¿Por qué la tasa de empleo de mujeres es tan baja en México? La falta de oportunidades laborales explica gran parte del problema. Como porcentaje de la fuerza laboral femenina potencial, el 16.3 % están disponibles para trabajar, pero no buscan activamente por falta de oportunidades laborales (véase mi entrada anterior). A este grupo habría que agregar a las mujeres, muchas de ellas madres solteras, que no están disponibles para trabajar por falta de opciones viables para el cuidado de sus hijos. Las normas culturales que aún existen, que suponen que la mujer debe estar en casa, también deben ser parte de la explicación.
El tema del cuidado de los hijos se agrava debido a que México es el país de la OCDE con más horas de trabajo por persona ocupada. Según un estudio reciente de la OCDE, en México el 17.8 % de los hombres ocupados y 8.9 % de mujeres trabajan 60 horas o más cada semana. El promedio de la OCDE es de 7.9 % para hombres y 3.1 % para mujeres. Las cifras de Chile, el único otro país latinoamericano con estas cifras reportadas en el estudio, son 10.7 % para hombres y 5.5 % para mujeres. Tal vez un adulto en una familia con hijos pueda estar en la oficina hasta las diez de la noche, pero alguien tendrá que ocuparse de los hijos. En la práctica, la probabilidad es muy alta de que sea la mujer quien sacrifique su carrera profesional ante la imposibilidad de que la mamá y el papá tengan horarios laborales intensivos.
También me atrevería a decir que la discriminación laboral tiene mucho que ver con el problema. Muchos nos horrorizamos al ver este video de un jefe despidiendo a una mujer por estar embarazada, que resultó ser una actuación, pero las estadísticas del INEGI muestran que es verdad que las pruebas de embarazo obligatorias son comunes en el mundo del trabajo. Además, muchos anuncios de trabajo son claramente discriminatorios, pidiendo que la mujer sea joven y físicamente bonita, soltera y sin hijos, o de prioridad de tez blanca. En el lugar del trabajo, el 6.6 % de mujeres trabajadoras ha experimentado algún tipo de violencia sexual en los últimos 12 meses, incluyendo intimidación, acoso-hostigamiento, y abuso. En general, el 22.5% de mujeres trabajadoras ha sufrido algún tipo de violencia en el ámbito laboral en los últimos 12 meses. Ante este panorama laboral, la decisión de muchas mujeres de no participar en el mercado laboral es fácil de entender.
Las decisiones educativas también pueden tener algo que ver con el problema. Tradicionalmente son los niños quienes estudian carreras de ciencia, tecnología, ingeniería, y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), que suelen ser las más demandadas en el mercado laboral, mientras las niñas estudian carreras con peores perspectivas laborales. En este contexto, un programa de orientación laboral como este piloto exitoso puede fomentar mejores elecciones de carreras por parte de las niñas y, por lo tanto, mejorar las oportunidades laborales de las mujeres.
En resumen, la participación laboral de mujeres en México es extremada y preocupantemente baja. Si el país pudiera encontrar la manera de subir la participación laboral femenina, al menos a los niveles de otros países latinoamericanos, los beneficios sociales y económicos podrían ser enormes. Si mis colegas de México, ¿Cómo Vamos? quisieran agregar un indicador más a su semáforo económico, pienso que la tasa de empleo de mujeres no sería mala elección.
* David S. Kaplan es Especialista Sénior en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamos.