Publicado en Animal Político.
El pasado 20 de septiembre el INEGI publicó las cifras de Oferta y Demanda Global de Bienes y Servicios durante el segundo trimestre del 2019. La oferta y demanda experimentaron una disminución de 0.2% en términos reales respecto al primer trimestre del año, y un crecimiento anual de 0.4%.
La Oferta Global se compone de las Importaciones de Bienes y Servicios y del Producto Interno Bruto; las primeras aumentaron 0.1% en el segundo trimestre frente al primer trimestre del 2019, y crecieron 0.7% anual. Mientras tanto, el Producto Interno Bruto se mantuvo sin cambios respecto al trimestre anterior, y aumentó 0.3% en la comparación anual. En lo que va del año, el PIB ha crecido a una tasa promedio de 0.2% anual.
Por el lado de la Demanda Global, los componentes que aumentaron en la comparación trimestral durante el segundo trimestre del año fueron las Exportaciones de Bienes y Servicios, que crecieron 3%, el Consumo Privado, que aumentó 0.2%, y el Consumo del Gobierno, que creció 0.1%. En términos anuales, el Consumo de Gobierno disminuyó 1.9 %, el Privado creció 0.6% y las Exportaciones crecieron 3.2% anual.
El componente de la Demanda Global que registró disminución tanto en términos anuales y trimestrales en el segundo trimestre del año fue la Inversión, o Formación Bruta de Capital Fijo, la cual se redujo en 2.4% con respecto al trimestre inmediato anterior y 5.2% respecto al mismo trimestre de 2018.
En el segundo trimestre del año, la caída anual de 5.2% en la inversión fue la tercera consecutiva, y la más pronunciada desde el tercer trimestre de 2013. En el periodo, la inversión como porcentaje del PIB fue 20.5%, cifra que representa el porcentaje más bajo desde el tercer trimestre de 2014, cuando la inversión como porcentaje del PIB era 21.1%.
En los últimos 10 años el nivel de inversión como porcentaje del PIB más bajo se dio en el segundo trimestre del 2014, cuando ésta representó 20.4%, el nivel actual se encuentra a 0.1 puntos porcentuales de esta cifra. Como la meta establecida por México, ¿cómo vamos? en su #SemáforoEconómico de Inversión es que esta represente el 24% del PIB, el semáforo se encuentra en amarillo. La última vez que la meta se cumplió fue durante el cuarto trimestre de 2008.
La inversión total se compone de la inversión proveniente del sector público y del privado. La inversión pública ha tenido tasas de crecimiento anuales negativas desde el cuarto trimestre del 2018, y disminuyó 11.5% en el segundo trimestre del 2019; es la disminución más pronunciada desde el segundo trimestre del 2017. Por otra parte, la inversión privada disminuyó en términos anuales, también por tercera vez consecutiva; la caída en el periodo más reciente fue de 4.0%, la más pronunciada desde el último trimestre del 2013.
La inversión privada tiene un mayor peso en el PIB que la pública; al segundo trimestre del año, la inversión privada es equivalente a 18% del PIB, mientras que la pública representa el 2.5%. El máximo peso de la inversión pública en el PIB se observó en el cuarto trimestre de 2008, cuando alcanzó una proporción de 6.8% del PIB. Por su parte, la inversión privada como proporción del PIB alcanzó su máximo histórico en el tercer trimestre de 2015, cuando llegó a representar un 19.8%.
La inversión pública es relevante porque genera infraestructura y obras públicas que tienen como objetivo reducir los costos de producción, transporte y logística de manera que se mejoren las condiciones de vida de los mexicanos.
Por su parte, la inversión privada provee oportunidades de generación de empleo y crecimiento, pues permite mejorar la calidad de los productos e impulsar el desarrollo tecnológico, generando competencia y volviendo los procesos productivos más eficientes.
Es fundamental que la inversión sea de calidad, es decir, que tanto el gobierno como los privados busquen invertir su capital en proyectos que además de ser rentables, mejoren los niveles de productividad del país e impulsen el crecimiento económico. Es prioritario que la administración actual ofrezca un ambiente confiable que brinde certidumbre a los proyectos de inversión y atraiga a los inversionistas, de manera que la inversión, tanto privada como pública y tanto nacional como extranjera, aumente.