Por: Ana Gutiérrez (@AnaBee92), Valeria Mendiola (@ValeMendiola) y Valeria Moy (@ValeriaMoy)
Publicado en Animal Político.
Durante la gestión del gobernador Graco Ramírez, la deuda pública por cada habitante de Morelos llegó casi 3 mil pesos. Aunque la finalidad de la deuda debe ser incrementar la capacidad productiva de la economía, Morelos ha mostrado un deterioro en sus finanzas sin beneficios tangibles.
Por: Ana Gutiérrez (@AnaBee92), Valeria Mendiola (@ValeMendiola) y Valeria Moy (@ValeriaMoy)
“Los morelenses quieren más y mejores empleos, más educación e inversión en ciencia y tecnología para ser más independientes en el mismo entorno global en el que habitamos. Todos queremos menos pobreza y mayor bienestar. Vamos a demostrar que la gente quiere un nuevo pacto social y que se construyen acuerdos”.
Graco Ramírez, discurso de toma de protesta, 1° de octubre de 2012.
Cuernavaca, Tequesquitengo y Tepoztlán son nombres continuamente escuchados en la capital del país como destinos para vacacionar el fin de semana. Por su cercanía a Ciudad de México, el fácil acceso en carretera, vistas panorámicas y clima, Morelos tiene una posición estratégica a nivel nacional. Sin embargo, poco se ha hecho en los últimos años para aprovechar su potencial económico.
Morelos se ha convertido en el ejemplo perfecto de un estado con endeudamiento público ineficiente. En tan solo cinco años, la deuda pública como proporción del PIB estatal creció en 1 punto porcentual, al pasar de 1.6 % a 2.6 % del PIBE; fue el cuarto estado con el mayor crecimiento en la deuda pública como porcentaje del PIBE en el periodo, únicamente después de Chihuahua, Oaxaca y Sonora.
Al tomar protesta en octubre de 2012, el gobernador Graco Ramírez recibió al estado con un saldo de la deuda de 2 mil 944 millones de pesos. Al cierre de 2017, el valor de la deuda pública de Morelos casi se había duplicado; ascendía a 5 mil 845 millones de pesos. Desde el punto de vista per cápita, la deuda pública por cada habitante de Morelos pasó de 1,588 pesos a casi 3 mil.
Aunque la finalidad de la deuda pública debe ser incrementar la capacidad productiva de la economía, llevando a mejoras para la población en términos de empleo, niveles de pobreza, productividad, entre otras, Morelos ha mostrado un continuo deterioro en las finanzas públicas estatales sin beneficios tangibles para los morelenses durante la actual administración.
Durante el periodo de gestión del actual gobernador, la economía de Morelos creció a un ritmo de 2.7% promedio anual. No solo es un crecimiento por debajo de la meta de 4.5% establecida por México, ¿cómo vamos?, sino que además estuvo lleno de fuertes fluctuaciones. Así como tuvo un trimestre con un crecimiento de dos dígitos, también se observaron cinco trimestres con crecimiento negativo.
Además, se pueden intuir ineficiencias en el uso de recursos. Los trimestres con las mayores tasas de crecimiento económico fueron también aquellos con el mayor dinamismo en el sector construcción. Particularmente, durante el primer trimestre de 2017, cuando la economía creció en 11.6 % anual, el sector construcción –que representa casi 10 % de la actividad económica de Morelos– lo hizo en 83.5 %.
Sin embargo, estos esporádicos crecimientos en construcción no se tradujeron en mejoras en otros indicadores económicos. En el tema laboral, mientras en Morelos se deberían generar 18 mil 900 empleos formales cada año para darle cabida en el sector formal a la población que se incorpora al mercado laboral, únicamente se generaron 14 % de éstos durante la administración. Este déficit en la generación de empleo formal se reflejó en un incremento de 1.3 puntos porcentuales en la informalidad laboral. A finales de 2017, la proporción de trabajadores sin acceso a prestaciones de seguridad social establecidas en la ley fue 63.2 %.
La alta tasa de informalidad laboral ha tenido consecuencias negativas en la productividad laboral de Morelos. Entre el tercer trimestre de 2012 y finales de 2017, la productividad se había incrementado en apenas $ 4 pesos por hora trabajada, mientras a nivel nacional creció en $7 pesos. Esta situación continúa abriendo la brecha en términos de productividad, ya que en Morelos se generan $ 45 pesos menos de lo que se genera a nivel nacional por hora trabajada.
Finalmente, la proporción de los morelenses que no pueden adquirir la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar se incrementó en 4.6 puntos porcentuales, al pasar de 47 % a 51.6 %. Fue el 6° estado con mayor crecimiento en pobreza laboral durante el periodo y hoy hay casi 150 mil personas adicionales en pobreza laboral de las que había cuando la actual administración entró en funciones.
Morelos tiene muchos temas por los cuales preocuparse. El hecho de haber casi duplicado la deuda pública durante el sexenio sin que ello se tradujera en mejoras tangibles para la población es una señal de la poca eficiencia del gasto público. El próximo gobernador deberá enfocar sus esfuerzos en invertir en proyectos rentables, que incrementen el bienestar de los morelenses. Debido al fuerte incremento de la deuda en los últimos años, esto no será una tarea sencilla.