Valeria Mendiola (@ValeMendiola)
Publicado en el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.
La pobreza en México: reviviendo la discusión
Por: Valeria Mendiola (@ValeMendiola)
El Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval) realiza una gran labor en la medición de la pobreza. Utiliza, como lo establece la Ley de Desarrollo Social, no solo el ingreso, sino también seis carencias sociales: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad y espacios de vivienda, acceso a servicios básicos de vivienda, y acceso a la alimentación.
Una de las mayores ventajas de la medición de Coneval es que permite focalizar los esfuerzos de la política social. Asegurar un mínimo estándar de calidad de vida con base en ingreso y otras dimensiones sociales es un primer paso, aunque aún insuficiente, para nivelar el terreno de juego entre quienes compiten en una sociedad.
De acuerdo con las últimas cifras de Coneval, 43.6 % de la población mexicana vivía en pobreza en 2016, con al menos una carencia social y un ingreso menor al valor de la canasta alimentaria y no alimentaria. Por otra parte, 7.6 % vivía en pobreza extrema, con un ingreso menor al valor de la canasta alimentaria y tres o más carencias sociales.
Sin embargo, cada país tiene una metodología diferente para medir la pobreza. En Estados Unidos, por ejemplo, la línea de pobreza se definió en la década de 1960, al calcular cuántos recursos necesitaría una familia de cuatro personas –2 adultos y 2 niños– para adquirir una canasta mínima alimentaria para sobrevivir. Dicha cifra fue multiplicada por tres, partiendo del supuesto que una familia destinaba alrededor de una tercera parte de su ingreso en comida.[1] Los únicos cambios realizados en esta metodología desde entonces han sido actualizaciones en los precios de la canasta.
Debido a que cada país define bajo diferentes estándares la pobreza, es importante analizar estos números con cautela. Hay tres principales retos a considerar cuando se utilizan las cifras oficiales de pobreza en México.
En primer lugar, al analizar las seis carencias sociales únicamente se considera la falta de acceso a ellas, sin tomar en cuenta la calidad. La carencia por acceso a servicios de salud, por ejemplo, ha tenido una disminución sustancial – de casi 14 puntos porcentuales – en seis años, especialmente por el crecimiento en la afiliación al Seguro Popular. Entre 2010 y 2016, el porcentaje de la población que no tenía acceso a servicios de salud pasó de 29.2 % a 15.5 %.
Aunque es un avance importante, existen indicadores que cuestionan la calidad de la atención a la salud en México. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en México existen 1.52 camas en hospitales por cada 1,000 habitantes. En Chile y Turquía, países con un nivel de desarrollo similar, la cifra asciende a 2.14 y 2.68 camas por cada 1,000 habitantes respectivamente.
Por otro lado, deben considerarse las limitaciones en la medición de los ingresos a través de encuestas. La gente tiende a reportar menos ingresos que los que realmente percibe, lo cual resulta una complicación para determinar el número de pobres. El INEGI incorporó a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016 algunos cambios operativos que permitieron mejorar la captación del ingreso, sin embargo, el tema es aún un reto.
El INEGI publicó, además de la ENIGH 2016, un modelo estadístico que serviría para que Coneval diera a conocer las cifras de pobreza que fueran comparables con los años anteriores. El ingreso promedio por hogar en la ENIGH 2016 resulta 8 % mayor al del modelo estadístico. Adicionalmente, los ingresos por hogar son también muy distintos cuando se contrastan con los registros administrativos del SAT. Esto refleja el largo camino por recorrer para mejorar la captación del ingreso de los hogares en todos los deciles.
Finalmente, México fue pionero en la medición multidimensional de la pobreza, por lo que las cifras no son comparables internacionalmente. En este sentido, México, ¿Cómo Vamos? elaboró un reporte que compara la pobreza de México con el resto del mundo a partir de distintas metodologías y organizaciones. El objetivo del reporte es hacer énfasis en la importancia de no mezclar peras con manzanas, y así evitar confusiones en el uso de las cifras.
Al utilizar la línea de pobreza de Banco Mundial, $ 1.90 dólares al día, en México 3.04 % de la población es pobre. Por otra parte, la medición multidimensional de la Universidad de Oxford, que se enfoca únicamente en carencias sociales y no considera el ingreso por falta de disponibilidad y comparación de datos entre países, concluye que 1.2% de los mexicanos son pobres. Esta cifra es menor al 2.8 % registrado en 2012.
Aunque no existe un consenso sobre cuál es la mejor manera de medir la pobreza, la metodología utilizada por el Coneval es muy completa y ha sido un ejemplo a seguir para algunos países. En un esfuerzo por tener cada vez estadísticas más precisas, valdría la pena revivir la discusión sobre el tema.
[1] Deaton, Angus, The Great Escape: health, wealth and the origins of inequality, Princeton University Press, 2013.