Por : Felipe Meza Goiz (@analisismacro)
Publicado en Animal Político.
¿Por qué responder con política fiscal contracíclica? El objetivo debe ser proteger a las mexicanas y mexicanos sin acceso a mercados de crédito. Muchos trabajadores, en particular en el sector informal, viven al día. Por tanto la crisis está haciendo que caigan sus ingresos o sus ventas, con las obvias y graves consecuencias. Este argumento ha sido mencionado inclusive por la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Un objetivo complementario es proteger a mipymes sin acceso al sistema financiero, con el fin de proteger el empleo de millones de mexicanos. El objetivo sería evitar que la crisis de liquidez se vuelva una de solvencia, con efectos persistentes.
El gobierno va a contracorriente de gobiernos de economías avanzadas y emergentes. Economías muy diversas están planeando hacer política fiscal contracíclica por varios puntos del PIB. En cambio, hasta el 16 de abril, dos de los programas anunciados por el gobierno para proveer recursos nuevos, no presupuestados anteriormente, es el de créditos por 50 mil millones de pesos. Eso equivale al 0.2% del PIB. Esta crisis está poniendo a prueba a todos los gobiernos del mundo. La diferencia estará en la respuesta fiscal, y en la fortaleza de la recuperación.
Partamos de que el gobierno actual no quiere endeudarse. Ha recurrido a usar activos. El gobierno ordenó la liquidación de fideicomisos públicos para reunir recursos. El Presidente ha dicho que se reunirá un punto del PIB, lo cual es una cantidad pequeña. No me parece negativo usar activos para enfrentar la crisis, pero sí debió hacerse un análisis de la función y el beneficio social de cada uno de los fideicomisos. Otra fuente de recursos que el gobierno exploró es una entrega anticipada del Remanente de Banxico. El comunicado del 16 de abril del Banco dice que en reunión con el Presidente se destacó la importancia de cumplir con la Ley. Por tanto el Remanente será entregado hasta el año que viene. En todo caso, usar activos para enfrentar la crisis y reducir deuda pública es una medida que puede usarse una sola vez. Ya no hay más activos disponibles de gran magnitud.
Por contra, más de 90 países han pedido financiamiento al FMI. El Presidente ha negado esta posibilidad pues dice que empobrecerá a los mexicanos. La deuda no es mala ni buena. Es un medio para, en parte, hacer frente a crisis temporales, como puede ser ésta dependiendo de la política fiscal que se implemente. Muchos mexicanos no tienen acceso a mercados de crédito. El gobierno sí lo tiene, y por tanto puede endeudarse para paliar las necesidades de una parte de la población.
Un argumento a favor de recurrir a deuda es que evitará la reducción en PIB potencial. Un canal para ese efecto es que el PIB potencial depende del acervo de capital, que proviene de la acumulación de inversión física. La inversión ya tenía un comportamiento negativo en 2019. En 2020 caerá aún más sin duda. Por tanto habrá un efecto negativo sobre el capital, y sobre el PIB potencial, es decir, sobre el crecimiento. Un uso adecuado de mayor deuda puede evitar problemas de solvencia, lo cual reduciría la caída en inversión.
Es cierto que la opción de mayor endeudamiento no es fácil. México no tiene la capacidad de países desarrollados para endeudarse, sobre todo a bajo costo.
La respuesta fiscal a la Crisis de 2009 da un punto de referencia, mostrando cómo se puede hacer frente a una fuerte recesión con política fiscal contracíclica. Obviamente la crisis del AH1N1 no fue tan grave. Por otro lado, la crisis financiera proveniente de Estados Unidos fue muy grande. En respuesta a la crisis hubo un evento importante en la historia fiscal de México: una política fiscal contracíclica. El gobierno pasó de tener superávit a déficit primario, en parte debido a la respuesta a la crisis. Eso no había ocurrido por lo menos desde 1982. En el periodo 2006-09 la medida más amplia de deuda aumentó varios puntos porcentuales. Una parte pequeña de ese aumento provino de medidas expansivas en 2009, incluyendo infraestructura, apoyos crediticios a pymes, preservación de empleo, y facilidades a empresas para realizar pagos al IMSS.
Nada es gratis. En el documento Memoria 2006-2012 de SHCP se menciona que hubo críticas diciendo que la política fiscal en 2009 debió ser más agresiva. Pero la expansión tiene límites. En 2010 el gobierno aplicó un alza del IVA de 15 a 16%, y un aumento del ISR del 28 al 30%. El gobierno envió una señal de que aumentaría ingresos para mantener deuda pública/PIB estable.
Es importante señalar que el gobierno actual realizó decisiones de política económica que llevaron a estancamiento en 2019, menor recaudación, y uso de aproximadamente 43% del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios. Lo anterior redujo el margen fiscal para 2020.
Resumo:
Hay dos posibles expansiones fiscales en respuesta a la crisis:
- De pequeña magnitud, sin adquirir deuda. Esto generará una persistente crisis de solvencia y muy grandes caídas en el consumo de los hogares. Estos costos superan el beneficio de no pagar mayor endeudamiento en el futuro.
- De magnitud mediana, adquiriendo una cantidad limitada de deuda. No podemos hacer expansión de país desarrollado. Sí es posible hacer una expansión que reduzca efectos negativos.
Propongo:
- Una expansión fiscal mediana.
- Transferencias a población más vulnerable: con menores ingresos, sin acceso a sistema financiero.
- Transferencias a mipymes, en particular las que tienen poco acceso al sistema financiero.
- Considerar el posponer en 2020 el pago de impuestos como ISR, para dar liquidez.
Estos 3 últimos puntos requieren mayor análisis para presupuestar y para efectiva implementación.
- Cancelar Dos Bocas, Tren Maya y Santa Lucía, y todo proyecto comenzados sin planeación.
- Destinar esos recursos a transferencias, y equipamiento e inversión en salud pública.
- Minimizar pérdidas financieras de Pemex, no maximizar producción petrolera. Es urgente.
- Relanzar la Reforma Energética dando total certidumbre a la inversión privada.
- Retomar la Reforma Educativa que fue eliminada.
- Lanzar un plan para construir el NAIM a mediano plazo.
- Con o sin más deuda, asegurar sostenibilidad de las finanzas mediante Reforma Fiscal a aplicarse en 2021. Lo más probable sería un aumento en la franja de ingresos de personas físicas que pagan mayor ISR.
- Considerar uso de la Línea de Crédito Flexible que México tiene con el FMI. El Director para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, dijo que puede ser usada para apoyar el presupuesto. Hay que revisar las reglas institucionales entre FMI, Banxico y Gobierno Federal para una posible implementación.