Publicado en Animal Político.
La Oferta Global, que se compone por el Producto Interno Bruto (PIB) y la Importación de Bienes y Servicios, cayó -0.4% en todo 2019.
Ambos componentes mostraron decrecimientos durante el año pasado: el Producto Interno Bruto se contrajo -0.1% y las Importaciones cayeron -1.0% en 2019.
La Demanda Global, por su parte, se compone del Consumo Privado, del Consumo de gobierno, de la Formación bruta de capital fijo y de la Exportación de Bienes y Servicios.
Durante 2019 la Demanda Global, que es igual a la Oferta Global, disminuyó en la misma magnitud que la Oferta, -0.4%. Al interior, los únicos componentes que aumentaron en el año fueron el Consumo Privado +0.6% y la Exportación de Bienes y Servicios +1.2%. Sin embargo, el Consumo de gobierno y la inversión (Formación Bruta de Capital Fijo) cayeron. La caída más pronunciada se dio en la inversión, que tuvo una caída de -5.0% en el año. Por su parte, el Consumo de gobierno bajó 1.5% en 2019.
Con los resultados al cierre de 2019 y con una disminución anual de -5.0% en la inversión, se puede observar que esta también disminuyó como porcentaje del PIB.
En todo 2019, la inversión representó el 20.9% del PIB de México, la proporción más baja desde el 2005, cuando la inversión representaba el 20.7% del PIB. Dados los resultados de la inversión al cierre de 2019, el Semáforo Económico de la organización México, ¿cómo vamos? se encuentra en amarillo, ya que tiene establecido como meta que la inversión represente el 24% del PIB.
La inversión es uno de los principales motores de una economía: al haber nuevas inversiones, se generan nuevas oportunidades de empleo y producción y, por lo tanto, se incrementa la actividad económica de un país.
De acuerdo con México, ¿cómo vamos?, en un un contexto económico complicado por el brote de la pandemia de COVID-19, se vuelve más importante aprovechar todas las oportunidades posibles para impulsar la economía mexicana.
“La falta de certidumbre para la inversión ha sido y continúa siendo un problema que se debe atender para estimular el desarrollo económico del país”, indica.
El ambiente de incertidumbre en materia de inversión ha sido señalado como uno de los principales retos a los que se enfrenta la economía mexicana por años, y diversos actores de la economía del país apuntan a la falta de inversión como una de las causas para la falta de crecimiento económico en 2019.
“Acciones del gobierno actual, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco a inicios de la administración, la controversia generada por los contratos de operación de gasoductos y, apenas hace unos días, la cancelación de los permisos para una planta cervecera en Mexicali con 60% de avance en la construcción, hacen que México se vuelva un destino cada vez menos atractivo para la inversión”, destaca.
La inversión total se compone de la inversión pública (del gobierno) y la inversión privada (las empresas y negocios privados que operan en el país), y es resultado del comportamiento de estas dos variables. En 2019 la inversión privada representó el 18.2% del PIB, mientras la pública el 2.7%.
Para la inversión privada está proporción es la más baja desde el 2014 y el peso de la inversión pública como porcentaje del PIB fue la más baja desde 1999, cuando ésta representaba apenas el 2.4% del PIB mexicano.
La inversión total se compone de la inversión pública (del gobierno) y la inversión privada (las empresas y negocios privados que operan en el país), y es resultado del comportamiento de estas dos variables.
En 2019 la inversión privada representó el 18.2% del PIB, mientras la pública el 2.7%. Para la inversión privada está proporción es la más baja desde el 2014 y el peso de la inversión pública como porcentaje del PIB fue la más baja desde 1999, cuando ésta representaba apenas el 2.4% del PIB mexicano.
En términos de crecimiento, la inversión privada disminuyó -4.0% en todo 2019, siendo la caída más pronunciada desde el 2009, cuando la inversión privada cayó -15.4%. Por otro lado, la inversión pública cayó -10.7% durante el año pasado, decremento más pronunciado desde el 2017, cuando la inversión proveniente del gobierno bajó -11.9%.