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¿Qué implica la formalización del empleo?

Por: David S. Kaplan (@David_S_Kaplan)

Ya tenemos las cifras finales del empleo registrado con IMSS en 2015. Hay muchos resultados interesantes (resumen aquí). El aumento en el empleo de 3.7% fue mejor que el promedio de 2.6% desde 2000, pero el segundo más bajo desde 2010. Si bien el dato sobre el empleo, especialmente de diciembre, fue ligeramente decepcionante, hubo buenas noticias respecto a los salarios. En particular, el salario promedio real subió 1.4% en 2015, el mayor aumento porcentual desde el 2006.

Entre toda la información relevante, pienso que el resultado más interesante es que el aumento en el empleo registrado con IMSS sigue siendo mayor que el crecimiento económico. En el 2015 por ejemplo, el crecimiento del empleo de 3.7% se contrasta con un aumento estimado del PIB de 2.5%. Como muestra la siguiente gráfica, este crecimiento atípico del empleo con IMSS empezó en 2013 y es evidencia de una formalización del empleo. Y dado que se ha anunciado el relanzamiento en 2016 del Programa de Formalización del Empleo, esta tendencia podría continuarse.

Existe la sospecha de que una buena parte de este aumento atípico en el empleo registrado con IMSS se debe a la formalización de trabajadores que ya estaban en sus empresas, sin un cambio de sueldo o de lugar del trabajo. Si bien me parece una hipótesis válida, me gustaría ver datos que comprobaran esta afirmación. Pero para fines de esta entrada, supongamos que las sospechas son correctas.

¿Cómo deberíamos valorar una formalización del empleo de este tipo? Uno puede concluir que esta formalización “infla las estadísticas” o catalogarla como “engaño”. Es decir, uno puede pensar que si el empleo con IMSS aumenta por la formalización del empleo, el aumento no es “real”.

Difiero de esta manera de caracterizar la formalización. En particular, la formalización genera muchos cambios reales. Las cotizaciones a la pensión, por ejemplo, son reales. El acceso a la atención médica del IMSS, la posibilidad de acceder a un crédito de la vivienda, y el seguro de invalidez y vida también son reales.

Adicionalmente, mayor cumplimiento con la ley es un fin en sí mismo. En este contexto, es importante recordar que es una obligación legal registrar a los trabajadores asalariados con el IMSS. Un inspector del IMSS o STPS no puede quedarse callado si una empresa no da seguridad social a sus trabajadores. Si el aumento del empleo con IMSS es producto de mayores o mejores esfuerzos de estos inspectores, hay que felicitarlos por cumplir con sus responsabilidades como servidores públicos.

No obstante, la formalización del empleo a través de inspecciones y/o fiscalización debería ser solamente una de las múltiples herramientas para promover el empleo formal. Para dar solo un ejemplo más, la anunciada reforma de justicia laboral podría tener un impacto importante también. En nuestro libroEmpleos para Crecer de la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, planteamos un paquete integral de políticas públicas para promover el empleo formal, productivo, y bien remunerado. Consideramos que todos los países de la región podrían transformar gradualmente sus mercados laborales con políticas laborales reforzadas, coordinadas, y adaptadas al contexto particular de cada país.

* David S. Kaplan es Especialista Sénior en la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamos. Antes de unirse al BID en 2010, David había sido Economista de Investigación en la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, Profesor de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y Especialista en el Desarrollo del Sector Privado en el Banco Mundial. David recibió un Doctorado en Economía de la Universidad Cornell en 1998. Las opiniones son del autor y no de las instituciones con las que está afiliado.