Los analistas señalan que si el nuevo gobierno quiere estimular la inversión, deberá evaluar mejor los proyectos de inversión pública que se priorizan y sentar las bases para fomentar la inversión privada.
Publicado en Animal Político.
En el último trimestre de 2018 cayó 2.0% la inversión en México, convirtiéndose en la primera caída anual desde el último trimestre de 2017. También fue el tercer trimestre consecutivo en registrar una caída respecto al trimestre anterior, y tuvo la disminución trimestral más fuerte desde el primer trimestre de 2017.
En el último trimestre del 2018, la demanda global aumentó 0.5% respecto al trimestre anterior y 2.7% respecto al último trimestre de 2017. El crecimiento anual de la demanda fue resultado del aumento de 1.5% en el consumo privado, de 0.2% en el consumo del gobierno y de 4.4% en la exportación de bienes y servicios, además de la caída de 2.0% observada en la formación bruta de capital fijo.
El 21 de marzo de publicaron las cifras de Oferta y Demanda Global de Bienes y Servicios para el cuarto trimestre de 2018. Los datos permiten evaluar el crecimiento de la demanda global y de sus componentes: la formación bruta de capital fijo, el consumo privado, las exportaciones de bienes y servicios y el consumo de gobierno.
En el último trimestre de 2018, tanto la inversión pública como la privada disminuyeron respecto al cuarto trimestre de 2017; la inversión pública registró la mayor caída, de 8.1%, mientras que la privada cayó 1.0% anual en el periodo, su mayor caída desde el tercer trimestre de 2016. Ambas caídas se observaron después de 3 trimestres consecutivos de crecimiento, pero es particularmente notoria la disminución en la inversión pública, ya que regresa a la tendencia de disminución anual que se había observado del tercer trimestre de 2016 al cuarto del 2017.
Las cifras publicadas también permiten ver el valor de la inversión como proporción del Producto Interno Bruto. Actualmente, la inversión total representa 21.9% del PIB; dado que la meta establecida por México, ¿cómo vamos? es de 24% del PIB, el #SemáforoEconómico de inversión está en amarillo. La mayor parte de la inversión es privada – equivale a 19% del PIB –, mientras que el 2.9% restante corresponde a la inversión pública.
El impulso de la inversión es un elemento fundamental para lograr crecimiento económico alto y sostenido en el país. Se debe fomentar la inversión privada de manera que se genere una mayor cantidad de empleos y se estimule la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías que aumenten la productividad de las empresas mexicanas. Además, es importante que el gobierno eleve no sólo el nivel de inversión pública, sino la calidad de la misma; se deben elegir proyectos de inversión rentables que proporcionen la infraestructura necesaria y el acceso a servicios básicos en todas las regiones del país, particularmente en las más rezagadas.
En meses recientes ha habido sucesos que podrían prevenir el avance de la inversión en México.
Decisiones como la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México contribuyen a un ambiente de incertidumbre para la inversión privada en el país; además, los recortes hechos recientemente a las perspectivas económicas para México por diversas organizaciones tanto nacionales como internacionales y la disminución en la perspectiva de la calificación crediticia soberana de México por parte de la calificadora Standard & Poor’s pintan un panorama menos atractivo para los inversionistas potenciales. Ya se han visto algunos efectos: la inversión fija bruta en diciembre 2018 se contrajo 6.4%, la mayor caída en términos anuales desde septiembre 2013.
Por otra parte, en los primeros meses de administración, el gobierno ha dado prioridad a proyectos de inversión pública como la refinería Dos Bocas en Tabasco; no queda claro que proyectos como una nueva refinería o un tren en la península de Yucatán puedan proveer la infraestructura necesaria para impulsar el crecimiento en el país.