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Anuncian recorte, pero gastan más
Por: Valeria Moy (@ValeriaMoy)
El jueves pasado, la calificadora Moody´s bajó la calificación crediticia de Pemex, de Baa1 a Baa3. Dada la situación financiera en la que se encuentra esta empresa, no es de sorprender. Momentos previos al recorte en la calificación de Pemex, Moody´s anunció el mantenimiento de la calificación de la deuda soberana del país, en un nivel A3 (el séptimo nivel en su escala, que va de Aaa para los bonos de mejor calidad y con menor riesgo de crédito al nivel C, para la deuda de peor calidad). Sin embargo, cambió la perspectiva del país de estable a negativa.
Las razones que esgrimió para este cambio fueron: 1) un desempeño económico magro frente a un entorno internacional adverso, lo cual repercute en un aumento en el riesgo de que la razón de deuda frente al PIB no se estabilice pronto y 2) la posibilidad de que los pasivos del gobierno se incrementen dadas las presiones de liquidez que enfrenta Pemex. La percepción es que la situación fiscal del país no es lo suficientemente sólida y hay que mantenerse atentos al presupuesto y a la deuda.
Al día siguiente, la Secretaría de Hacienda emitió los precriterios económicos para 2017, en los que queda manifiesto que las finanzas públicas del país están pasando por momentos complicados. En este documento, Hacienda señala que espera recibir como ingresos presupuestarios en 2017, 4,174 miles de millones de pesos, un 2.8% menos a lo estimado para 2016.
Del lado del gasto, Hacienda estima gastar en 2017, 4,648 miles de millones de pesos, que sería 4.2% menos que lo que se tenía presupuestado para 2016, previo al recorte de febrero pasado. Es decir, Hacienda reconoce menores ingresos y ajusta el gasto. No lo llamaría un recorte, un recorte se da sobre algo ya presupuestado, esto es una estimación preliminar de un menor gasto para el 2017. Con estos números, el balance fiscal del país presentaría un déficit de 2.5% del PIB en el 2017.
La coyuntura es interesante. El día siguiente de la revisión de la perspectiva del país por parte de Moody´s, Hacienda publica sus precriterios en los que parece mostrar responsabilidad fiscal. Eso será hacia 2017 y no hay que perderlo de vista, como tal vez perdimos de vista lo sucedido en los años anteriores.
Analicemos únicamente lo que ha pasado en los últimos 5 años, de 2010 a 2015. En ese periodo, los ingresos del gobierno han crecido en promedio 7.6% anual. A pesar de los bajos precios del petróleo, los ingresos del gobierno han aumentado.
Aún con los recortes anunciados, hoy tenemos el mayor gasto público de la historia. En ese periodo, el gasto público ha crecido 8% en promedio por año. Solo entre 2010 y 2015, el gasto público creció 46.7%. Nos anuncian recortes, pero los recortes no se dan. En enero del año pasado se anunció un recorte de 124 mil millones de pesos para mostrar responsabilidad frente a la disminución en los ingresos petroleros. Hoy ya tenemos la cuenta pública de 2015 y vemos que ese recorte, no solo no se dio, sino que el gasto se incrementó en 5% frente a lo originalmente presupuestado.
Se incrementan los ingresos y se incrementa el gasto. Pero al mismo tiempo se incrementa la deuda. La deuda se ha incrementado en promedio anual 12.9%. En lo que va de la actual administración, la deuda pública ha crecido en diez puntos como porcentaje del PIB.
Nos estamos endeudando para pagar intereses. México tiene desde 2009 déficit primario. Es decir, tenemos déficit antes incluso de considerar el pago de intereses. Tener déficit primario revela una situación delicada de nuestras finanzas públicas, pero el ritmo de crecimiento de éste es escandaloso. De 2014 a 2015, el déficit primario aumentó más de 10%, pasó de 197 mil 611 mdp a 217 mil 570 mdp.
México ha vivido en repetidas ocasiones las consecuencias de políticas fiscales irresponsables. Empieza a haber señales de que las finanzas públicas no se están manejando con la seriedad necesaria, sobre todo en un entorno internacional complicado. Es momento de hacer ajustes de verdad. Es momento de reestructurar Pemex, de cortar gasto superfluo, de disminuir gasto corriente, de evaluar la efectividad del gasto público en inversión. No hay que esperar a que el cambio de perspectiva se traduzca en un cambio de calificación.
* Valeria Moy es directora de @MexicoComoVamos. Economista egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), con posgrado en la London School of Economics.