Publicado en Animal Político.

A pesar de ocupar la posición número 21 de 32 estados en extensión territorial, Puebla es la octava entidad con mayor peso en el PIB nacional; su economía aporta 3.5% a la actividad económica del país. En sus poco más de 34 mil kilómetros cuadrados, se concentra más del 5% de la población ocupada y es, de hecho, el quinto estado con el mayor número de trabajadores de México. Además, es el noveno estado con el valor más alto en las exportaciones manufactureras.

Aunque cuenta con este nivel de potencial, el desempeño económico de Puebla no ha reflejado este potencial en los últimos años. Este 2 de junio se celebrarán elecciones extraordinarias para un nuevo gobernador, quien recibirá un estado con numerosos retos económicos y deberá contar con una estrategia clara para enfrentarlos. Los datos en la plataforma de México, ¿cómo vamos? otorgan una primera aproximación a la complejidad del tema.

En los últimos 5 años, Puebla ha crecido a un ritmo de 3.1% promedio anual. Este crecimiento se ha dado de manera poco sostenida, lo cual ha impedido que se traduzca en mejores niveles de vida de los habitantes. Durante 2017, por ejemplo, la economía poblana creció 6.3% pero en 2018 lo hizo en apenas 2.7%. Además, las manufacturas, que representan más de una quinta parte de la actividad económica del estado, decrecieron durante 2018.

El panorama en el mercado laboral también ha sido desalentador. México, ¿cómo vamos? estima que en Puebla se deben generar 124 mil 755 empleos formales cada año para darle cabida en el sector formal a la población que se incorpora al mercado laboral. Sin embargo, en los últimos cinco años se han generado apenas 41% de los empleos formales de esta meta. Esto, a su vez, ha repercutido en el crecimiento de la informalidad laboral, la cual ha pasado de 65.7% a 67.7% de la población ocupada entre 2014 y 2019. Este incremento representa a casi 250 mil trabajadores adicionales que se han debido incorporar al mercado laboral informal en los últimos años. Con estas cifras, Puebla es el quinto estado con la mayor proporción de trabajadores informales del país.

Al mismo tiempo, Puebla se mantiene como uno de los estados menos productivos de México. El valor de la producción por cada hora trabajada, si bien ha aumentado ligeramente – de $99 a $105 pesos – ha sido insuficiente para mejorar su posición relativa al resto de los estados. Puebla pasó de ser la 7ª a la 6ª entidad menos productiva del país. Para poner la cifra en perspectiva, la Ciudad de México es 3.5 veces más productiva que Puebla.

En cuanto a la pobreza laboral, que mide la proporción de la población que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar, Puebla ha sido uno de los estados con las mejoras más sustanciales. Entre inicios de 2014 e inicios de 2019, la pobreza laboral disminuyó de 52.9% a 45% de la población, lo cual representa una reducción de 348 mil personas menos en esta condición. A pesar de esta mejora, los ingresos laborales por persona en Puebla continúan por debajo del nivel nacional. Al primer trimestre de 2019, los ingresos laborales per cápita a nivel nacional son $409 pesos superiores a los de Puebla.

La deuda pública es el único indicador que Puebla tiene en verde de acuerdo con los criterios del semáforo económico de México, ¿cómo vamos? En los últimos cinco años, la deuda pública de Puebla pasó de representar 1.8% a 1.0% del PIB. Cabe aclarar, sin embargo, que estas cifras reflejan únicamente las obligaciones reportadas por los estados al gobierno federal.

La elección de este domingo en Puebla será relevante porque definirá el proyecto económico que se buscará implementar en el estado. Igual de relevante será que los ciudadanos exijan políticas concretas y resultados tangibles en materia económica durante toda la gestión del nuevo gobernador.