En el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.
Crecimiento: el gran pendiente
Por: Valeria Moy (@ValeriaMoy)
En las últimas campañas presidenciales, los principales candidatos recalcaban como promesa de campaña que ahora sí bajo su gobierno se lograría un crecimiento de entre el 6 y el 7 por ciento. La meta era la misma para todos los partidos. En una mesa de debate, los responsables del área económica de los 3 principales partidos aseguraban que el 6 por ciento no sólo era una meta deseable, sino posible. Cuando se les preguntaba acerca de cómo lograrían ese 6 por ciento, las respuestas eran más ambiguas. Parecía que la meta en sí era la medida. En las mismas campañas, se hablaba con desdén y con sorpresa reprobatoria de que cómo era posible que solo se hubiera crecido un promedio ligeramente mayor al 2 por ciento en las últimas décadas. Desde luego, eso iba a cambiar.
México pertenece al grupo de las economías emergentes. Recordemos que las emergentes son todas las economías que no son desarrolladas, es decir, el club emergente tiene aproximadamente 152 miembros. En términos de crecimiento económico podríamos suponer que las emergentes, tal vez exceptuando las que se encuentran en círculos de pobreza o conflictos bélicos importantes, deberían de crecer a una tasa superior a la que crecen las desarrolladas. Tienen más camino por andar, más hacia donde crecer. El Fondo Monetario Internacional estima que para el 2015, las economías emergentes crecerán al 4%, mientras que las desarrolladas al 2%.
Algo pasa en México. Logramos crecer, pero no logramos entrar en una dinámica clara de crecimiento sostenido. En promedio, hemos crecido 2.5% en los últimos 20 años, con unas subidas y bajadas importantes. En fechas recientes, el mayor crecimiento se observó en el 1997, con un crecimiento cercano al 7%, mientras que la disminución más pronunciada fue la de 1995, con una disminución de casi 6%. Hoy se habrá actualizado el #SemáforoEconómico con el dato de crecimiento para 2015, que probablemente rondará en el 2.5% para el 2015, pero en los dos años iniciales de esta administración, el PIB había crecido un promedio ligeramente menor al 2%.
Sin duda, no se pueden medir con la misma vara diferentes administraciones porque cada una enfrenta diferentes condiciones internas y distintas coyunturas internacionales. Pero tal vez ya es hora de que descubramos algo: el crecimiento no es una promesa de campaña. El crecimiento se logra a través de acciones, de hechos concretos, de decisiones. No podremos evitar las tormentas internacionales, pero estar en una senda de crecimiento más sólido, nos podría ayudar a sortearlas mejor.
No solo estamos en el club de las economías emergentes, también estamos en el club de las economías ricas. Y esto no lo podemos perder de vista. México es la 15ava economía del mundo y pertenecemos a la OCDE. Pero en términos per cápita, simplemente dividiendo la producción entre la población, no estamos ni cerca del promedio que tienen los países de este grupo. El PIB per cápita ha crecido 1.3% en promedio en los últimos 20 años, menos de lo que ha crecido la producción agregada. Si ajustamos esta medida de ingreso por paridad del poder adquisitivo, es decir, considerando para lo que alcanza un dólar en diferentes economías, el PIB per cápita de México es de 17,100 dólares anuales. Menos de la mitad del promedio de la OCDE, que es alrededor de 39,000. Estamos creciendo, sí, pero no lo suficiente.
Hay quien dice que el PIB no es una buena medida de crecimiento: sobrestima unas cosas y subestima otras. Tampoco habla de bienestar, mucho menos de distribución del ingreso. En efecto, no lo hace. Pero aún con todas las imperfecciones que pueda tener el PIB, sigue siendo el indicador más claro y objetivo para estimar el crecimiento de una economía. Y en la medida en la que una economía crezca, su población tendrá acceso a más y mejores bienes y servicios.
En México hay muchas tareas pendientes: combatir la corrupción, mejorar (en serio) la calidad educativa, reducir la informalidad, incrementar la productividad, mejorar la eficiencia del gasto público, solo por mencionar algunas. No se crece por decreto. Solo haciendo la tarea podremos crecer.
* Valeria Moy es directora de México, ¿Cómo Vamos? Economista egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), con posgrado en la London School of Economics. Ha trabajado en el sector regulador de México, en el área de regulación bancaria y de valores. También en el sector privado como tesorera en Grupo Nacional Provincial.