Estamos en el inicio de una revolución que cambiará no solo la forma en la que trabajamos y vivimos, sino también la forma en la que nos relacionamos e incluso la idea de quiénes somos. ¿Dónde está situado México? Por: Valeria Moy (@valeriamoy) El sábado 23 de enero terminó la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Todos los años los líderes del mundo se reúnen para tocar temas coyunturales de la economía mundial y poner en la agenda los retos que están por venir. Este año el tema principal fue la Cuarta Revolución Industrial. Klaus Schwab, el fundador del Foro y su Presidente Ejecutivo, está convencido de que estamos en el inicio de una revolución que cambiará no solo la forma en la que trabajamos y vivimos, sino también la forma en la que nos relacionamos e incluso la idea de quiénes somos. No se trata de la continuación de una era en la que ya vivimos profundamente vinculados con la tecnología, se trata de una nueva etapa en la que las barreras de la realidad que hoy conocemos se harán cada vez más borrosas y nos hará cuestionarnos, a una velocidad sorprendente, qué tan listos estamos para afrontarla. Las revoluciones industriales previas han mejorado la calidad de vida y el ingreso per cápita de la población. Pero estas mejoras no han sido inmediatas. En el corto plazo hay costos en empleo, en producción, en desigualdad. Todos vivimos hoy en día los beneficios de esos cambios tecnológicos, por más reacios al cambio que seamos. Nuestra resistencia al cambio está en función de qué tan preparados estemos. Coches sin conductores, edición genética, capacidad de supercomputadoras en dispositivos móviles, robots inteligentes, realidad virtual. Lo que parecería sacado de la ciencia ficción dejará de ser ficción muy pronto. El mercado laboral enfrentará una nueva realidad. Habrá trabajadores desplazados y otros tomarán algunas de esas plazas, pero las habilidades de estos últimos serán distantas a las de los primeros. El Foro Económico Mundial considera que las características más demandadas en el mercado laboral en el 2020 serán: En este panorama que sin duda es retador, vale la pena darnos cuenta de dónde está situado México. Los indicadores de productividad de México, ¿Cómo Vamos? muestran un panorama desalentador. Para poder lograr un crecimiento de 6% sostenido en la economía, es necesario generar incrementos en productividad mayores al 4%, 4.8 es la meta del observatorio. Los datos hablan por sí mismos: la productividad aumentó 0.5% (anualizada) durante el tercer trimestre del año pasado. Y la tendencia es a la baja. La correlación entre mejores sistemas educativos e incrementos en productividad es importante. Reconozco los avances que se están haciendo hoy en día en materia educativa, pero vamos a paso de tortuga. La habilidad más demandada en el futuro muy cercano es la capacidad de pensamiento crítico. Si usamos los resultados de la prueba PISA para darnos una idea por dónde están los niños y jóvenes de México vemos que el 55% de los estudiantes no alcanza las competencias básicas de matemáticas, es decir, no pueden usar aritmética básica en su vida diaria. El 41% no alcanza las competencias básicas en lectura, saben leer pero no entienden lo que leen. Únicamente el 3% de los estudiantes de preparatorias públicas tienen conocimiento elemental del inglés, de acuerdo al plan de estudios de la SEP. Bajo ninguna medición ni bajo ningún escenario estamos listos para asumir los retos que esta nueva era tecnológica nos impondrá. Está en nosotros seguir tomando decisiones tibias y tardías, pero no podremos pretender que nadie nos avisó lo que vendría.