La inflación no ha mostrado una tendencia que indique un acercamiento a la meta que se tenía de 4.2% en los 3 meses que quedan en el año.
Publicado en Animal Político.
La inflación se ubicó en septiembre de 2018 en 5.02% anual, la tasa más alta observada desde marzo de este año.
Esta cifra está por encima de la meta establecida por México, ¿cómo vamos?, de 3% (+/- 1% anual), por lo que el #SemáforoEconómico de inflación está en rojo.
La inflación, es decir, el aumento generalizado en los precios a los que se enfrentan los consumidores mexicanos, también está lejos de la proyecciones del Banco de México (Banxico).
A pesar de que durante los primeros cinco meses del 2018 la inflación mostró una tendencia a la baja, a partir de junio la tendencia se ha modificado, con un aumento constante en la tasa de inflación mensual en los últimos cuatro meses.
El aumento de precios se ha visto impulsado principalmente por el componente no subyacente, el cual comprende precios más volátiles como los de bienes agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno.
Esta tendencia discrepa con las previsiones del Banco de México para la inflación en el 2018. Si bien en el último informe trimestral (abril – junio 2018), el banco central ajustó sus previsiones para la inflación al cierre de 2018 a 4.2% (de 3.8% que se tenía previsto en el informe anterior), la inflación no ha mostrado una tendencia que indique un acercamiento a esa meta en los 3 meses que quedan en el año.
La inflación no subyacente en septiembre de 2018 fue 9.15% anual, una tasa mayor a la observada en agosto del mismo año, de 8.80%. Además, la inflación no subyacente observada en septiembre es la más alta observada en lo que va del año.
En contraste con la proyección de Banxico, en su informe de Perspectivas de la Economía Mundial de octubre 2018, el Fondo Monetario Internacional estima que México cierre el año con una tasa de inflación anual promedio de 4.8%.
Para medir la inflación se utiliza el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el cual refleja el promedio ponderado de los precios de una canasta de bienes y servicios que consumen los hogares mexicanos. El índice toma en cuenta 299 bienes genéricos y considera los precios de bienes y servicios de diferentes marcas y presentaciones elegidas por el Inegi.
El componente no subyacente tiene una mayor ponderación en el INPC hoy que hace algunos meses. A partir de agosto de 2018, el Inegi comenzó a publicar un nuevo INPC, el cual, entre otros cambios, aumenta la ponderación del componente no subyacente y disminuye la del componente subyacente de la inflación.
De esta forma, la inflación presentada en los productos agropecuarios o energéticos, así como tarifas autorizadas por el gobierno, tiene un mayor peso en la inflación general observada.
Mientras que los precios de los productos agropecuarios crecieron 1.22% anual en el mes, las tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron en 5.42%.
Por otro lado, los precios de los energéticos vieron un aumento de 19.20% anual en el mes, impulsado por la inflación en el gas LP y la gasolina de bajo octanaje. De septiembre 2017 a septiembre 2018, los precios del gas LP aumentaron en 25.56% y los de la gasolina de bajo octanaje 22.33%; los precios de la electricidad aumentaron 3.78% durante el mismo periodo, mientras que los del gas doméstico natural crecieron 8.38% anual.
Por otra parte, la inflación no subyacente se vio explicada por el aumento anual de 3.95% en los precios de las mercancías, así como el alza de 3.38% en los precios de los servicios.
A partir de agosto 2018, el Inegi publica la inflación a nivel subnacional, lo cual permite ver las diferencias en la inflación observada en los estados. En estados como Oaxaca y Baja California se observan tasas de inflación de 0.77% y 0.72% mensual, respectivamente; por otra parte, Puebla vio un aumento en precios de 0.25% mensual durante septiembre, mientras que en Tlaxcala la inflación mensual observada fue 0.28%.