En el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.
2 millones de empleos, ¿mucho o poco?
Por: Valeria Moy (@ValeriaMoy)
“Esto es una buena noticia para México, es una noticia que debemos valorar y aquilatar en lo que significa. Es importante contrastarla con lo que ha habido en el pasado, porque es la mejor manera de darle su justa dimensión, de reconocer esta buena noticia para México”.
Enrique Peña Nieto, Toluca, 7 de julio de 2016.
La creación de empleos formales es, sin duda, una buena noticia. En un país donde más de la mitad de la población ocupada lo hace en el sector informal, la generación de plazas laborales formales no solo es una buena noticia, es también un logro frente a la inercia de la informalidad. El 7 de julio se anunciaron los datos de plazas registradas en el IMSS correspondientes a junio, mes en el que se registraron 68,269 plazas en el seguro social. El dato que se usa en México para seguir la trayectoria del empleo formal es el registro de trabajadores en el IMSS; no es un dato perfecto, pero es un aproximado. Además, hay que considerar que no todos los empleos formales se registran en el IMSS, aproximadamente el 75% lo hace. El 25% restante se registra en otras instituciones, como ISSSTE, Pemex y demás.
En lo que va de este año se han registrado 442,038 plazas. En el transcurso de la actual administración van más de 2 millones. Pueden ser plazas nuevas o formalización de plazas ya existentes, pero a final de cuentas es empleo formal, es empleo con prestaciones. De esos más de 2 millones, la gran mayoría fueron plazas permanentes y el 11.6% fueron de empleos eventuales.
Dos millones de empleos es un número redondo y fácil de retener. Es sustancialmente mayor a las plazas creadas en el mismo periodo de la administración anterior, en la que se generaron únicamente 498,941. Podríamos argumentar que es injusta la comparación, a una administración le tocó una crisis global y a otra una reforma laboral recién estrenada, pero en esa línea, cualquier comparación es injusta, todas las administraciones enfrentan circunstancias diferentes.
No obstante, hay que poner esos dos millones de empleos en contexto. Siguiendo las dinámicas poblacionales y laborales del país, cada año se integran a la población económicamente activa 1,179,188 personas. Si se quisiera darle cabida a esa población, ese es el número de empleos que se deberían crear anualmente.
Sin embargo, en el país existe un problema de informalidad. Con los datos más recientes del INEGI, la tasa de informalidad es 52.9% de la población ocupada. En algunos estados, como Oaxaca, la informalidad alcanza 75%. El número de personas en la economía informal ha aumentado en 302 mil personas, a pesar de que la tasa de informalidad ha disminuido. El sexenio empezó con 54.4%
De esta forma, la creación de empleos se vuelve un tema aún más complejo. No solo hay que generar las plazas necesarias para darle cabida a la población que entra a la fuerza laboral, sino que idealmente deberíamos de crear más para poder absorber, poco a poco, los empleos que se encuentran hoy en el sector informal. En este sentido, México, ¿Cómo Vamos? establece una meta de creación de empleos formales al año de un millón 200 mil, es decir, 100,000 plazas al mes.
Dos millones de empleos es un número considerable, pero es menos de la mitad de los 4,300,000 que se tendrían que crear para poder lograr un cambio sustancial en el mercado laboral. Sin embargo, vale la pena aclarar que si bien la informalidad es un pendiente en el país, no es un tema exclusivo de la administración actual. Por diversas razones y circunstancias, se ha permitido durante décadas que el empleo informal crezca y ocupe un papel primordial en la economía, con todos los problemas que ello ha ocasionado. La informalidad está ligada a baja productividad y en consecuencia, a menor crecimiento económico.
Hoy es un problema con demasiadas aristas y resolverlo no será fácil ni se podrá hacer con un solo programa o una sola medida. Se tiene que disminuir el costo de la formalidad, hay que dar incentivos a la formalización, hay que procurar las condiciones –sociales, educativas y económicas- que permitan una generación de empleos mayor y más dinámica. No es un problema fácil, pero en algún momento hay que empezar.